viernes, 16 de octubre de 2009

ITHACA - POEMA DE CONSTANTIN KAVAFIS

Conserva sin cesar Ithaca presente en el espíritu.
Tu meta final es llegar a ella. Pero no acortes el viaje:
es mejor que dure muchos años y que llegues por fin a tu isla
en los días de la vejez,
rico de todo lo que ganaste en el camino,


sin esperar que Ithaca te enriquezca.
Ithaca te dio ese hermoso viaje;
sin ella no te hubieras puesto en camino.
Ella no tiene otra cosa para darte.
Incluso si la encontraras pobre, Ithaca no te habrá
engañado.
Sabio como te habrás vuelto despues de tantas experiencias
comprenderás al fin lo que las Ithacas significan.

PARA ELLA, SÍMBOLO DEL ETERNO FEMENINO - MARCELO SPERANZA

Para Ella,
símbolo del Eterno Femenino


CORAZÓN GENTIL


No
hay
día
en
que
no
recuerde
aquel
día.


Aún
miro
tus
ojos
desde
aquí.


Por
vos
resplandece
mi
corazón
extraviado.


DE LUZ
                    "El sol sale sobre las avenidas"  (Melina)


Poco a poco,
levantarnos de nuevo,
una vez más.
Es preciso seguir.
Es preciso salir de la tristeza.
"Espero -me dijiste- "ese rayito de sol
que me dé calor".


Vos quedate junto a mí.
Ayudame a pasar este tiempo de prueba,
a encontar personas que acepten
y compartan mi fragilidad.


Permanecé junto a mí:
que el dolor no prevalezca sobre la alegría.
Tu luz me ha vuelto más sensible a los demás,
capaz de mayor comprensión,
más atento al sufrimiento de los otros.
Me enseñaste a dar vida, presencia que permanece.


Porque ninguno vive sólo para sí mismo.
Vivimos para los demás y para Dios.


EL ADIÓS


Un dulce azul te rescata del olvido.
Una barca dorada mece tu sueño.
Tu frente está cargada de una corona de violetas.
Tu sueño es el silencio de caudalosos manantiales,
a la sombra de álamos y recuerdos infantiles.


Serena flor amarilla:
¡a cuantos siglos estoy de vos,
el pecho colmado de preguntas sin respuestas!.
Hierática, habitás tu mundo.


Entonces, ¿con qué derecho susurro mi pasión tardía?
¿Quién soy para irrumpir en tu paraíso
pleno de dulzores, descubrimientos y primaveras?


Serena flor: nunca te acerques al Triste.
Si encontrara el camino que conduce a vos
no me dolería tu ausencia.


AZUL TRISTE


mi ángel guardián
mi sol rojo
mi dios escondido
mi árbol dorado
mi sola nube sobre fondo azul
(triste azul)


ya estás
en tu paraíso lejano
inaccesible,
mientras
la alegría
se abroquela
en
una
tierna
madrugada


A LA MAGA


cuidame
del ensueño y la huida
de la nostalgia y sus frutos
de las esquinas sin destino
del mar grávido
de las flechas del mal amor
del sueño eterno y de los mortales
de tus ojos de cansancio y niebla
del eclipse emocional
y la hora extraña del silencio


de mi pasión tardía


VI CAMINAR UNA MUJER


vi caminar una mujer
-delicados hombros al nocturno-
yendo de mirada en mirada
de boca en boca
de pupila a voz
la vi junto a la pared
en sueños
o tal vez
en vigilia afiebrada
en desconcierto


la vi húmeda
frutal
trémula contra la sombra
oculta para otros
iluminada


yo la vi
la vi fulgurar
para mi cantar doliente
para alimento de celebración
para mi reino de ceniza


EL DULCE SOÑAR


"Acuérdome del tiempo en que viniste a visitar mi pecho".
Giácomo Leopardi. La vida solitaria


Anhelo de perduración:
ojos cargados de una noche diáfana de primavera,
de una luz más pura que aires de jardines en octubre.


Esa imagen es mi alma, como nunca mi alma.


¡Imágenes que unen pasado y presente
para ir remontando por un mundo
donde perduran lunas, magnolias,
barrios antiguos y coronas de azahares!


¡Acuérdome de ese tiempo,
tiempo en que llegaste a habitarme!


Pero no me engañé:
presentí que rozando la estatua edificada
con fuego y viento, sólo quedaría la noche,
la otredad, la perdición.


Entonces ya no me habitarás.


Bajo el sol negro de las ausencias
me pondré a salvo de tus poderes.