viernes, 29 de abril de 2011

D´ELIA: NACIONALISMO POPULAR Y PROGRESISMO

D´Elía: “Es difícil juntar al progresismo 
con el nacionalismo popular”


“Son dos cosas distintas y hay muchos prejuicios”, afirmó el líder de M.I.L.E.S., aunque aclaró que dialoga con La Cámpora y con Martín Sabbatella. “Hace un año yo era una bestia negra, ahora soy una especie de héroe del kirchnerismo”, ironizó. Sostuvo que la muerte de Néstor Kirchner aceleró un balance positivo de Cristina Fernández. Y dio muestras de un cabal conocimiento sobre la historia de Kadafi en Libia.

¿Por qué decidió crear un partido por fuera del Frente para la Victoria?
Hay una nueva identidad política que es el kirchnerismo, y hay millones de argentinos que se han acercado a ella pero que no tienen un lugar donde ser protagonistas porque no quieren formar parte del PJ. La intención del Movimiento de Integración Latinoamericana de Expresión Social (M.I.L.E.S.) es abrirle el espacio a esos millones. Al mismo tiempo, dejamos claro que nuestra bandera más alta es Cristina 2011.

Habló de reformas urbana y agraria, código minero, tenencia definitiva de las tierras de los pueblos originarios. ¿Hay algún proyecto concreto en marcha?
Hay muchas cosas que formarán parte de la agenda del próximo quinquenio y que tienen que ver con el cuidado del medio ambiente, con la distribución de la renta nacional y de las ganancias empresariales. Con respecto a la reforma urbana, la Argentina tiene al 80% de su gente viviendo en el 1% del territorio nacional, un número espantoso. También necesitamos abordar la reforma del código minero, para que la protección no sea sólo ambiental sino también económica. Queremos la reforma financiera, para que los bancos estén al servicio de los argentinos y no de sus intereses.

¿Cuáles son los principales obstáculos a un proyecto de esas características?
Siguen siendo las corporaciones. El Grupo Clarín, sobre todo.

¿Se las puede combatir sin pagar costos políticos?
Sí, como cuando estuve debatiendo en A Dos Voces, dos años antes de que saliera la Ley de Medios. Cuando salí de ahí, Néstor me llamo para felicitarme, me dijo que había estado muy bien. Yo le dije que había sido un desastre, que me iban a matar, pero él me aseguró que no. Efectivamente, tenía razón: después salió la Ley de Medios y hoy vemos un deterioro creciente en la credibilidad de Clarín.

¿Qué opina del bloqueo a las plantas impresoras de Clarín y La Nación?
Son unos caraduras. Intentan transformar los quilombos gremiales que tienen con su gente en un supuesto ataque a la libertad de prensa. Pagan salarios atrasados o no los pagan durante meses, prohíben designar a delegados gremiales. La gente reacciona. Esto no pueden ser la monarquía Clarín o la dictadura Clarín: son una empresa más, o un grupo de empresas… 248, ni más ni menos.


Consultado sobre la presunta investigación de la Justicia suiza sobre Hugo Moyano, usted dijo que abría que indagar sobre las cuentas de los referentes de la oposición. 



¿A quiénes se refería?

Habría que investigar las miles de cuentas que hay en Suiza. Nombres y apellidos, quiénes no declararon en la AFIP, cuál es el monto y desde cuándo están esas cuentas. Todo el fruto del saqueo de los setenta y los noventa está ahí, sería bueno que los argentinos lo sepan. Todavía nadie me contestó nada con respecto a eso.


Usted le reconoció lealtad a Daniel Scioli, pero es muy duro con su posición política. ¿Cómo toma que la Presidenta lo mantenga como un aliado clave?

Es correcto el trato de Cristina. Lo importante es que ella nos abre la posibilidad de no votar a Scioli a los que pensamos distinto. Seguramente habrá otro candidato. Si Scioli fuera presidente, tendríamos indulto a los militares, cero retenciones a los sojeros, derogación de la Ley de Medios. Pero Scioli, en vez de tirarse sin paracaídas de un edificio de mil pisos como Solá o Duhalde, resolvió mantener una actitud más inteligente. De eso se trata.


¿A qué candidatos respaldará M.I.L.E.S. en la Ciudad y en la Provincia?

En la Ciudad apoyamos a Tomada, pero no nos disgustaría una lista de unidad. En la Provincia estamos hablando con Martín Sabbatella, con Kolina y con La Cámpora para ver qué hacemos. Es difícil compatibilizar al progresismo con el nacionalismo popular democrático, son cosas distintas y hay muchos prejuicios. Lo importante es que Martín vino a vernos y pudimos hablar, tuvo una muy buena actitud.

¿Qué precio se paga por ser irreverente?


Eso no se perdona. Hay muchos falsos dogmas instalados que cuesta mucho cambiar. De cualquier forma, creo que hubo un gran cambio cultural en el último año. Cristina tenía 25% de imagen positiva, hoy tiene 70 por ciento. En el medio pasaron muchas cosas, pero quiero subrayar tres: la Asignación Universal por Hijo, los festejos por el Bicentenario y el fallecimiento de Néstor, que apuró un balance prematuro de la gente. También cambió la situación de muchos de nosotros; hace un año yo era la bestia negra nacional y popular, y hoy podría decirse que somos una especie de héroes nacionales del kirchnerismo.


La intervención de Occidente en Libia



¿Es un falso dilema el de intervención aliada o continuidad de Kadafi en Libia?

No estoy de acuerdo con la intervención de Estados Unidos ni de la OTAN, pero también tengo la obligación de decir que a partir de 1979, cuando Kadafi asesinó al líder de la resistencia libanesa, Musa Sadr, se transformó en un enemigo de muchos pueblos árabes persas. Desde entonces, Kadafi pactó con EEUU, Tony Blair, Mubarak, Sarkozy y Berlusconi. No quedó nada del hombre del Libro Verde, del León del Desierto de fines de los sesenta, de la participación protagónica del pueblo libio en una forma revolucionaria de gobierno. Pasó a ser un tipo sometido al imperio. Y ahora el imperio, al igual que ocurrió con Saddam Hussein, sabe que está débil y ve la oportunidad de invadirlo. Pero no para restaurar la paz, sino para saquear el petróleo.


FUENTE: POLITICAARGENTINA.COM

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