viernes, 10 de junio de 2011

MEDICINA INDÍGENA EN ARGENTINA Y AMERICA LATINA

Entrevista con el Dr. Donato Depalma, autor de
“La pediatría en las culturas aborígenes argentinas

En su casa de Parque Chacabuco, sobre la calle Saraza, Donato Depalma, médico, recibe con gesto y sonrisa afable, al cronista de Salud con Vos Quilmes.
Es una tarde casi otoñal, propicia a las reflexiones en voz alta y al diálogo sobre los misterios de la vida y la naturaleza. Sentado al borde de una mesa redonda, mientras el entrevistado expone sus conceptos, el cronista piensa qué motivación llevó a este pediatra capitalino, descendiente de inmigrantes europeos, estudioso y amante del tango, a buscar los rastros de pueblos marginados, derrotados o asimilados por la fuerza, perseguidos, exterminados, arrojados de sus tierras.
Tal vez la sabiduría milenaria que aflora en esos mudos testimonios encontrados en pampas infinitas o en peligrosos cañadones, en tórridos desiertos o en el viento húmedo a orillas del océano, y que dice mucho más que tantos discursos y acciones vacías.       

SCVQ: Cuando y cómo empezó la lucha contra el sufrimiento ?
DD: Es un tema muy amplio, extremadamente amplio porque el hombre, desde el neolítico y el paleolítico, tuvo que recurrir a los tres grandes anaqueles de la Naturaleza: al reino mineral, vegetal y animal, como actualmente sigue prodigando este gran arcón que es la Naturaleza.
Pero fundamentalmente es la herboristería quien va proveer los más ricos elementos para los actos de sanación, que eran interpretados -y nos podemos sorprender por esto- por el médico-brujo, en contacto no solo con los tres reinos sino con el mundo de la magia, en especial con la astrología que luego va a devenir astronomía, hacia el sol, hacia la luna, en relación con las lluvias, las nubes, con el tiempo, para determinar así conductas sanadoras.
En nuestro territorio la cantidad de plantas es infinita, el catálogo es incontable. La prueba de ello es que aún hoy persisten muchos anaqueles, que constituye una especialidad dentro de la medicina que es la Herboristería. En cualquier farmacopea, en cualquier farmacia existe un vasto capítulo reservado exclusivamente a la herboristería donde los test van a ocupar un lugar preferencial.  Pero para poder utilizar este arsenal botánico tuvieron que diagnosticar.
SCVQ: Tuvieron métodos de diagnóstico ?
DD: Sí, mediante la observación. Hubo civilizaciones más evolucionadas que las nuestras, por ejemplo, los mayas, aztecas e incas, que fueron los grandes recipiendarios de los conocimientos, a tal punto que cuando llegan los españoles a México, después de tener experiencias con médicos-brujos, hay notas enviadas a España donde dicen: “no es necesario que mandéis médico a estas tierras...” Incluso en odontología hay una cantidad de especialidades y están los nombres de las afecciones: caries, pulpitis, paradentosis,
SCVQ: Estos “medicamentos” surgidos de la naturaleza ¿para que servían?
DD: Servían para la prevención y la curación. La prevención, en el supuesto caso de que un niño careciera de leche materna, se le administraba a la madre la ingesta con tés, para estimular la producción de leche. Pero no nos podemos siempre del sentido mágico de las plantas. Un ejemplo es el tabaco, que le daba al chamán un sentido de sobrenaturalidad respecto de los otros congéneres. Había incluso una prueba, una de ellas, entre los tupí-guaraníes, que consistía en la ingestión de jugo de tabaco, que es convulsivante. Así que si el aspirante a médico-brujo pasaba la prueba sin contratiempos era designado gran chamán de la tribu (payé entre los guaraníes).  Es por conocimientos empíricos porque aquí, además de la parte de farmacopea, debemos hablar de la medicina. La medicina tiene tres orígenes: uno, el instintivo, que lo tenemos ahora con los animales: nadie sabe por que pero los perros y gatos hacen dieta y mastican pastos. A algún médico-brujo o persona avezada le llamó la atención porque el animal, en contacto con ellos, está permanente mimetizado. Entonces, si el animal hace esto, si el perro tiene ese comportamiento, voy a hacer lo mismo que el perro.  Y de esa manera iban superando las afecciones. Después aparece la medicina empírica. No sabemos por que, pero yo te voy a curar eso. ¿Que tenés diarrea o trastornos en el aparato digestivo? Tomando o comiendo vainas de algarrobo vas a solucionar el problema. Ahora no me preguntes por la fisiopatología o la etiología. Eso se llama medicina empírica. El practicón. Que es como te arreglaban el problema de una fractura. Sabían que traccionando, extendiendo y contraextendiendo podían curar. Una tercera medicina es la técnica. A tal punto que todo esto que estamos comentando es medicina pretécnica. Cuando esos conocimientos empiezan a sedimentarse comienza a sacarse conclusiones. Recién con los griegos, en otras latitudes, llega la medicina técnica. Y no hablo de científica.
SCVQ: Siguiendo con el tema de los “medicamentos” indígenas ¿los hechiceros conocían las propiedades?
DD: Existe una concepción de tipo empírico. Por observación. Ellos sabían que -ubiquemos en la zona de Neuquén, Chubut, también en Catamarca y La Rioja donde existen muchos casos de bocio (un aumento de la glándula tiroides)- era por tomar agua purísima de los deshielos, pero las machis -una palabra de origen araucano- sabían que tomando el agua salada, que tiene pequeñas cantidades de yodo, podía solucionar el problema e incluso se iban hasta el océano Pacífico y traían algas machacadas, maceradas. Cómo aprendieron que eso suplía la deficiencia de yodo y curaba el bocio no lo sabemos, aunque suponemos que fue por experimentación. Y también se habla de sacerdotes que, por el contrario, fueron envenenados por plantas que les dieron en pócimas.
SCVQ: Manejaban estas culturas las formas de aplicación de los productos medicinales ?
DD: No, no conocían como conocemos ahora lo que llamamos posología. Alguna noción tendría, pero no está específicamente documentado. Sabrían por la misma practicidad de sus conocimientos que aplicando determinado tipo de hojas en algunas zonas del cuerpo, podían eliminar o disminuir ciertos procesos inflamatorios. Nosotros somos herederos de esa medicina práctica o casera. Cuando niño y aún hoy, recuerdo que se colocaban hojas de palán-palán, que crece entre los muros, para curar heridas. Ellos conocían sustancias tóxicas. El hualichu de los araucanos es un buen ejemplo.
SCVQ: Qué otras sustancias utilizaban, además de las derivadas de la botánica ?
DD: Ellos utilizaban las más diversas sustancias con un criterio, como pasó con las pinturas y tatuajes, de que la naturaleza iba a ser superada en cuanto a sus enfermedades por los atributos que le brindaban distintas piedras. En este momento se está revisando esos hechos y hay gente que dice que de acuerdo con el color de las piedras, surge una irradiación que tiene funciones mágicas, terapéuticas. Cómo no vamos a utilizar la sal. La sal de Carhué fue famosa, como hablamos de Copahue. Ambos son nombres indígenas. Las culturas recurrían a las sales, a los barros, a los baños termales. En todas las provincias, con raras excepciones, hay fuentes termales. Eso llamó la atención a los antiguos pobladores.
  

HUMANISTA, HUMANITARIO, MAESTRO

Donato Depalma, médico y escritor, se graduó en 1950, especializándose en Pediatría y dentro de la disciplina, en Cirugía Pediátrica.
Su labor profesional se desarrolló en el Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, donde también ejerció la docencia universitaria.
Actualmente es docente en Historia y Humanidades Médicas, cátedra del Dr. Kohn Loncarica, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. 
Asimismo es miembro titular de la Sociedad Argentina de Pediatría e integra la Comisión “Historia del Museo” de la Academia Nacional de Medicina.
Donato Depalma ha publicado decenas de artículos científicos en revistas especializadas y dictado innumerables conferencias en instituciones privadas y públicas.  

SCVQ: Y en cuanto al uso de los derivados del reino animal ?
DD: Siempre trataban de traspolar lo que veían en los animales a su propia cultura. Por ejemplo, uno de los animales que se extiende a toda América es el ñandú. Era el choique de los antiguos indígenas. Recurrieron a él, en primer lugar, para la alimentación.
Segundo, les llamaba la atención la carrera, la forma de correr, entonces utlizaron la grasa del choique para aplicarla en los miembros e incluso se usó en la época de la Campaña al Desierto, el buche del ñandú, que es el esófago y parte del estómago, al que se le atribuyen, porque puede digerir objetos de distinta densidad y tamaño, propiedades digestivas.
SCVQ: Cuál era la relación de esta medicina pretécnica con lo mágico, religioso y emotivo ?    
DD: Alguien dijo que era una relación de complementariedad, por eso,de entrada, tenemos que tener en cuenta que lo mágico y la autosugestión forma parte del ritual de la curación. Incluso, en la nuestra, en este momento. Hay un libro muy interesante de un médico, Tarnopolski, cuyo título creo que  es “Los curanderos, mis amigos”. Y pone de manifiesto muchos ejemplos. Habla de un médico que no tenía una gran formación, pero el día que ese médico, suponte un sábado o domingo, no iba a administrar los medicamentos los problemas se agravaban.
Muchas culturas a pesar de estar distantes entre sí, se van a caracterizar por ser iguales en muchos aspectos. La teatralidad, las danzas, los estados de sugestión colectiva. La autosugestión del que ejerce el acto médico y el entorno familiar contribuyen a la curación del paciente. En el cultrun araucano también lo encontramos.
Ellos creían que estaban rodeados de elementos sobrenaturales, por eso se hacían ofrecimientos a la madre tierra, al viento, a la lluvia, al sol, a ciertos árboles que consideraban sagrados, como el canelo entre los araucanos (ver más abajo).
SCVQ: Qué rasgos psicológicos y físico tenían los médicos-brujos, los shamanes ?
DD: Tenían personalidades muy especiales. Para algunos eran esquizofrénicos, para otros, eran psicópatas, también los había con anomalías en su sexualidad (hermafroditas, homosexuales) y asimismo se encontraban los que se habían salvado de accidentes: cae un rayo y muere una familia, con excepción de un miembro del grupo. Entonces consideraban que ese fue elegido por los dioses. O los que nacían con alguna malformación.
La trasmisión de los conocimientos, se trasmitía como los antiguos oficios. Había una iniciación. Y el sucesor aprendía los secretos de los grandes anaqueles de la naturaleza. Casi siempre el hechicero elegía a sus sucesores, salvo que apareciera un hecho anómalo.
Igual, se considera que ningún médico-brujo tuvo muerte natural.
SCVQ: Si bien eran casi todos médicos herboristas, ¿que sucedía con las otras prácticas del arte de curar?
DD: En un momento, cuando utilizan caballos, ocurren traumatismos, y a muchos cronistas de época, les llama la atención la forma de inmovilizar que tenían. En lugar de yeso, utilizaban sustancias revocadas con barro y atadas con cuero y el período era de 30 a 40 días, como ahora. Otros no descartaban las escarificaciones, que son incisiones hechas con piedras aguzadas, sobre todo en zonas traumatizadas, inflamadas o congestionadas, entonces la sangría permitía la evacuación de humores. Las cirugías que se practicaban eran mínimas, exceptos los incas, que realizaban trepanaciones de cráneo, pero como tuvieron influencia en el noroeste argentino, se encontraron en nuestro territorio algunos cráneos trepanados.
SCVQ: Cuáles eran las patologías más comunes entre los pueblos autóctonos ?
DD: Partimos de la base que el índice de sobrevida de los indígenas no eran muy alto.
La paleopatología -la disciplina que testimonia las enfermedades de nuestros antepasados- nos dice de que hay esqueletos de unos 50, 60 años como mucho. Siempre tuvieron que lidiar con los elementos de la naturaleza: sequías, que trajo como consecuencia raquitismo entre los ranqueles. Se han encontrado enterratorios con niños con raquitismo.
Los animales de los que se alimentaban, con la sequía, morían o huían. Entonces tenían dietas monótonas durante tiempos prolongados. La mortalidad infantil, aunque no tenemos estadísticas, era elevada y sobrevivían los más aptos. Los que tuvieron contacto con los blancos tenían terror a la viruela y a la tuberculosis. Había cuadros enteríticos por problemas parasitarios. Se han encontrado parásitos en momias. Las momias, que a diferencia de las egipcias, no estaban evisceradas, nos permite analizar no solo las patologías, sino la alimentación, la vestimenta, que estaban en relación con el horizonte cultural que poseían. En cuanto a las intoxicaciones, primero se daban por envenenamiento por animales, en especial, víboras, y también, por acción de sustancias extraídas de plantas. Por selección natural, por instinto, eran apartadas. Hubo un trasvasamiento de conocimientos hacia los españoles. La cultura del maíz, la coca, el palo-santo, un gran bagaje cultural. Los araucanos utilizaban  digital o dedalera, que hoy se sigue utilizando para afecciones cardíacas.
SCVQ: A modo de cierre, una reflexión sobre el valor de estas culturas olvidadas...
DD: Quiero tomar unas palabras del gran filósofo español Laín Entralgo que hablan de que a pesar de los últimos avances desde el punto de vista tecnológico, con sus tomógrafos, con su constelación de nuevos estudios, de transplantes y que por otro lado se encuentra la antigua medicina, de la cual millones somos tributarios, el médico no se podrá desprender, a pesar de todos estos avances del dolor que significa el padecimiento y la comprensión de su enfermedad y su entorno. Y él lo remata con un dibujo que muestra a un hombre llevando a otro en sus espaldas. Debemos revalorizar estas culturas porque la lucha contra el sufrimiento es antigua y universal.
  
EL MACHITUM, LA MACHI Y EL ÁRBOL SAGRADO DE LOS ARAUCANOS

“Según Castiglioni, la función principal de la magia se define como la transformación de un elemento sobrenatural en auxiliar para el que la practica, en especial en relación con la medicina, siendo esta característica un hecho generalizado en los pueblos primitivos y que adquiere su forma de expresión en el shamanismo.
El shaman o chamán, palabra que significa médico brujo de los pueblos mongoles, se utiliza para denominar la práctica donde el hipnotismo y la sugestión adquieren carácter relevante y donde el sujeto hipnotizándose a sí mismo, cae en trance y puede en estas condiciones establecerlos orígenes de la enfermedad.
La magia evocadora tiene por fundamento la dominación total o parcial de un espíritu que actúa en las curaciones o realiza daños. La magia natural tiene por objeto dominar los elementos de la naturaleza a fin de obtener efectos psíquicos o físicos.
Entre los araucanos es difícil separar estos elementos, ya que en la realidad se imbrican los procedimientos y en una misma ceremonia se encuentran representados ambos procesos. Es así que el gran recurso médico mágico es el machitum, realizado con fines diagnósticos y curativos, ha ido evolucionando desde el carácter shamánico al de la magia por evocación.
El machitum del tipo mágico-evocatorio, es llevado a cabo por una machi, que, transformada en pitonisa y sanadora de los dolientes mapuches (de mapu, tierra y che, gente), hacía las invocaciones a Huecuvú, para descubrir a los malos espíritus y al enemigo oculto, en ceremonias de curación que se efectuaban con unción y religiosidad, frente al paciente y donde el canelo (Drymis Winteri), árbol sagrado de los araucanos, unía a la sugestibilidad de los circunstantes, su simbolismo mágico-religioso.
Tomás Guevara, describe así un machitum:
“Cuando la machi llega a la casa del enfermo, invita a todos los vecinos, amigos y parientes e inicia la ceremonia mediante un toque de tambor, que lleva consigo, dos horas antes de concluir la tarde. El enfermo se encuentra tendido en el centro de la habitación, acostado sorbe unos cueros y rodeado de ramas de canelo. A su derecha e izquierda se extienden dos filas de diez individuos, sentados y con ramas de canelo en las manos. A un lado arde un fuego, a cuyo alrededor están sentadas algunas mujeres. La machi lleva en la cabeza un penacho de plumas coloradas y unos cascabeles en las muñecas. Cubre de hojas de canelo la frazada con que se tapa al enfermo y le coloca el tambor a la altura del vientre. Al ocultarse el sol, da comienzo la ceremonia.
La machi toma el tambor y preludia un canto a la cabecera del enfermo, acompañada por los pitos de sus acólitos y jóvenes acompañantes. El maestro de ceremonias o intermediario entre los espíritus y la familia del enfermo, generalmente es un deudo de la machi, de edad avanzada.
La machi se arrodilla junto al enfermo y pronuncia varias frases rituales. Gradualmente la machi eleva el tono de la voz, mueve el tambor por encima del enfermo y se agita en un estado frenético.
El animador de la machi da órdenes. Los indios, que han permanecido sentados, se ponen de pie y siguen el compás de los instrumentos alzando y bajando alternativamente las ramas de canelo. Emiten el grito característico de los araucanos, que se produce golpeando la boca con la palma de la mano (...). Sucede un momento de calma. La primera parte de la celebración ha terminado”.

ONCE ETNIAS DEL TERRITORIO ARGENTINO

El trabajo condensa la puericultura y pediatría de once culturas aborígenes (ver mapa): apatamas, diaguitas-calchaquíes, abipones, pilagás, guaraníes, matacos, tehuelches, araucanos o mapuches, pampas, onas y yaganes o yámanas.
En ese momento (mediados de los ‘70, por insuficiencia o ausencia de documentación etnográfica referida a la medicina, el investigador no pudo abordar las prácticas de los pueblos agricultores del centro (sanavirones, comechingones, vilelas y lules), precordilleranos (pehuenches, puelches, huiliches y huarpes), quebradeños (purmamarcas, tiliares, tilcaras y jujuys) y mesopotámicos (mocoretás, chanaés, mbeguás, timbúes, kaingangues).
“Muchos de aquellos pueblos fueron asimilados por otros grupos más evolucionados, otros se fusionaron, algunos se transculturaron, varios emigraron; los más fueron sometidos a vasallaje y cautiverio, en tanto que calamidades diversas contribuyeron a diezmar cientos de poblados y villorios”.
Hoy, casi veinte años más tarde, gracias a la persistencia en la búsqueda, el Dr. Depalma, ha logrado reunir datos sobre algunas de las etnias faltantes, a fin de poder reeditar el trabajo con una versión ampliada y corregida.
Lamentablemente, los esfuerzos para la reedición de la obra, aún no encuentran respuesta concreta.    

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