viernes, 5 de junio de 2009

Organizaciones de la Sociedad Civil

ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA: ¿ALTERNATIVA AL SISTEMA O MAS DE LO MISMO?


INTRODUCCIÓN

El tema de esta nota girará alrededor de varias cuestiones relacionadas con los modos de gestión económica de las organizaciones, la tendencia a convertir a las organizaciones “en pequeñas empresas sociales” y los variados y problemáticos temas conexos que de ellos derivan o que le dan el marco y sus rasgos distintivos.
Además abordaremos la noción de Empresa Social, la tercerización de funciones que son propias del Estado y la legimitidad (o no) de las donaciones o subsidios de fundaciones creadas bajo la categoría de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) de multinacionales o grandes empresas.
La propuesta para este trabajo fue: realizar algunas lecturas introductorias, recabar testimonios de militantes sociales que se ocupan de la gestión económica y del financiamiento, hacer un diagnóstico de la situación de las organizaciones abordadas y formular alternativas posibles de sustentabilidad económica.
Luego de leer exhaustivamente informes, artículos y dossiers acerca del tema, y en función de conceptuar y sistematizar, hemos llegado a la conclusión de que la cuestión central y que debiera ser el criterio a seguir para encuadrar en uno u otro modo de gestión es el de los valores que sustentan las organizaciones o si se quiere, para decirlo, más filosóficamente, el sentido -constantemente abierto- orientado hacia la persona, el beneficio social y el cuidado ambiental.
En pocas palabras, hemos puesto de relieve lo ideológico por sobre todo otros aspectos (legales, de forma, de tipología, etc).
Los principios, entonces que deben guiar a una OSC cuyo modo de gestión sea auténticamente social-solidaria, son: la solidaridad, la autonomía, la igualdad, el compartir, la justicia y el humanismo. Es decir, un modo de ser en las antípodas del modelo hegemónico. Y esto nos remite directamente a la problemática de los distintos modos de producción: capitalista, estatista, mixto y autogestionario.
Es imposible desligar la concepción filosófica e ideológica de la práctica de una OSC en lo que hace a su modo de gestión económica.
Internamente, las condiciones que debe reunir son la horizontalidad (relacionado con la toma democrática de decisiones), la transversalidad (referido al intercambio creativo entre sus miembros y la interactividad (respecto al desarrollo de la expresión de sus integrantes).

MODOS DE GESTIÓN

De acuerdo a la literatura existente, hay, básicamente, tres tipos de modalidad de gestión global y en especial económica de las OSC:

1)La estatal o pública, cuya finalidad es la eficacia social.
2)La privada-capitalista, cuyo fin principal es el lucro.
3)La social solidaria autogestionaria, cuyo objetivo principal es social, no económico.
4)Como una variante de esta última podemos mencionar a las organizaciones barriales con fuerte anclaje social que resuelven su financiación prácticamente en el mismo barrio en el que actúa.

La autogestión en las empresas

La autogestión es una de las formas de lucha de los trabajadores para la construcción otro modelo de sociedad. No es sólo un cambio en la gestión de la empresa sino es la transformación total de las relaciones sociales de producción capitalista, de manera que los trabajadores posean los medios de producción y de poder y decidan sobre la gestión, acumulación y administración de la empresa. Es la apropiación social de los medios de decisión y poder por parte de los productores directos.
La autogestión propugna la gestión directa y democrática de los trabajadores, en las funciones de planificación, dirección y ejecución.
Las empresas autogestionarias presentan, sin embargo problemas similares a las cooperativas. Estas empresas aisladas dentro del sistema capitalista son fácil presa de las grandes empresas privadas y de las trasnacionales. No pueden existir islas de autogestión en el seno del capitalismo, sometidas a la competencia y a la alta concentración de capitales que estrangulan a los más débiles. Las diferentes experiencias demuestran que la falta de planes financieros, que son absorbidos por la banca y la empresa privada, la colocan en una situación de supervivencia, en el mejor de los casos, o en la extinción definitiva.

LOS ACTORES DEL MODO DE GESTIÓN SOCIAL SOLIDARIO

Como el que nos interesa es sector social-solidario, enumeraremos los actores que lo componen y por lo tanto le dan una identidad.
a)Las cooperativas en sus distintos tipos: de trabajo (producción), de consumo, agraria, de explotación comunitaria de la tierra, de ahorro y crédito, de servicios públicos (agua, electricidad y telefonía), de viviendas y de servicios.
b)Las mutuales.
c Las empresas recuperadas que funcionan bajo el modo de gestión solidario autogestionario.
d)Las asociaciones civiles autogestionarias.
e)Los socio-emprendedores (no microemprendedores).

LA NOCIÓN DE ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA

Podemos afirmar sin dudar, que el sector social-solidario es parte de la Economía Social Solidaria (ESS), a la que otros autores denominan Economía Alternativa y Solidaria (EAS), aún reconociendo que el término Economía Social no tiene un significado unívoco y es desafío conceptual.
Qué características reúne la ESS (o que se quiera denominar a este subsector de la economía)?
Muchas veces se lo ha caracterizado por la negativa: lo que quedaba en los márgenes de la economía privada y la estatal. Sin embargo, la ESS que surgió con el cooperativismo en los inicios del capitalismo, con una postura fuertemente crítica hacia el sistema imperante, que, al decir de Ignacio Ramonet, es el del “pensamiento único”, es un movimiento “positivo, postulante, práctico, real, alternativo y cierto”.
Podemos definir a la ESS como aquella que destina sus beneficios a generar más empleo, mejorar las condiciones laborales y promover nuevos proyectos de contenido social y solidario. Si bien están inserta en el marco del sistema capitalista, está llamada a democratizar la economía y a desarrollar ciudadanía e incluso a plantear un camino alternativo al capitalismo, porque la forma de producción y de gestión son no capitalistas.
Implica, asimismo, la revalorización del auténtico cooperativismo, dado que la concepción cooperativa es el paradigma por excelencia de la ESS.
Otros rasgos fundantes son la transparencia en la gestión y en la información interna y externa al igual que su preocupación por la ecología y el cuidado de los recursos naturales son también una parte consustancial e insoslayable de la ESS, al igual que su trabajo de apoyo a otras OSC mediante redes de solidaridad, mediación e influencia y de reflexión, generación y expresión de ideas.
(Por eso no se entiende en estos términos el aporte de la una fundación muy conocida a numerosas iniciativas de índole social. La mayor paradoja es que en estos días, la entidad mencionada ha colaborado monetariamente con una cooperativa de recicladores de la Capital Federal que hacen arte con los residuos sólidos urbanos cuyo taller recibió $ 7000.- de la fundación de una empresa maderera que no se caracteriza precisamente por cuidar el medio ambiente sino todo lo contrario).
En definitiva la existencia de la ESS, puede llegar a convertirse en alteridad al capitalismo o por lo menos en un aporte a la democratización de la economía desde la sociedad civil.
Por otro lado, al hacer hincapié en las actividades económicas, el enfoque tradicional de economía social parece querer excluir de su campo de estudio a las asociaciones denominadas de influencia, representación o encuentro, es decir, aquellas cuya función principal, en sentido estricto, no es la producción de bienes y servicios
Entonces podemos decir que a la ESS la integran dos subsectores:
a) el subsector de mercado, integrado por las empresas con organización democrática (una persona, un voto) y con distribución de beneficios no vinculada al capital aportado por el socio (cooperativas, mutuales, cajas de ahorro).
b) el subsector de no mercado, que integraría a las instituciones privadas sin fines de lucro al servicio de los hogares como asociaciones, fundaciones y otras formas jurídicas.

Sin embargo, hay estudiosos como José Luis Monzón y Jacques Defourny que en el trabajo “La economía social, entre economía capitalista y economía pública” sostienen que si bien la economía social es una “nueva institución porque considero que, en el futuro, está llamada a desempeñar un nuevo papel, bien distinto al desarrollado en etapas históricas anteriores, subalterno y marginal (…) Pertenece al pasado la concepción de la economía social como solución alternativa y global al capitalismo. Y resulta poco atractiva la idea de una economía social como producto de manifestaciones coyunturales de la evolución económica o como solución de subsistencia en sectores económicos en regresión”.
“Este tercer sector es emergente porque, a diferencia de las manifestaciones decimonónicas, no se orienta hacia la sustitución de un sistema de capitalismo liberal por otro de economía social, ni se concibe como subproducto de la evolución cíclica del capitalismo. Bien al contrario, la nueva economía social emerge como una institución más del sistema económico, diferente del sector público y del sector capitalista y tan estructural como ellos, necesaria para mejorar la asignación de recursos y la redistribución de la renta, consolidando la estabilización económica necesaria para un crecimiento equilibrado y sostenido, respetuoso con el sistema ecológico”.
Algunos piensan que por ejemplo la expresión "economía asociativa" hubiera sido más apropiada aunque también muy imperfecta, exponen estos autores.
“De todos modos -culminan-, puesto que "economía social" parece imponerse hoy en día, al menos en francés, más vale unirse a esta tendencia. Por el contrario, en las demás lenguas de la Comunidad Europea, ya se ha puesto de manifiesto que con frecuencia se prefieren otros apelativos más relacionados con las especificidades nacionales, cuando no la simple traducción de la expresión "organizaciones cooperativas, mutualistas y asociativas".


PRINCIPIOS DE LA ECONOMÍA SOCIAL ALTERNATIVA Y SOLIDARIA

En relación a los fines:
•Finalidad de servicio a sus miembros y a la comunidad antes que de lucro. El lucro puede aparece como objetivo intermedio, pero nunca como objetivo final.
En relación al modo de gestión:
•Democratización del poder de decisión, que se traduce en el principio “una voz: un voto” en lugar de “una acción: un voto”. Autonomía del Estado y de las empresas capitalistas.
En relación con el modo de producción:
•Lógica no capitalista en las relaciones de producción y en el reparto de las rentas.

BREVE MENCIÓN DE LOS ANTECEDENTES DE LA ESS EN EUROPA

En 1990, los Traperos de Emaús, de Pamplona (Nación Vasca) organizan unas jornadas de reflexión bajo el título de "Marginación Social y Empresa Social Marginal", siendo una de las conclusiones de este foro la conveniencia de sustituir el término de Empresa Marginal por Empresa Social Solidaria, por considerar que el término de marginal era en sí mismo marginante. Es allí, entonces, donde tiene lugar el concepto de Empresa Social Solidaria.
Otro paso más es el Manifiesto de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), publicado en Pantin, el 11 de diciembre de 1992, el que reproducimos en su casi totalidad.


POTEAUX D´ANGLES: EL MANIFIESTO DE LA RED ALTERNATIVA Y SOLIDARIA

1.Emergencias y Confluencias

La Economía Alternativa y Solidaria se presenta como un conjunto abierto de espacios micro-sociales, de prácticas, de realizaciones, de actividades y de empresas, denominadas con palabras diversas (economía voluntaria, autónoma, solidaria, comunitaria,…) en la mayoría de los países industrializados, de Europa y América.
Una particularidad de este movimiento es el haber nacido fuera de las grandes instituciones. Varios de sus elementos son fácilmente reconocibles en Francia:
La inserción de comunidades en zonas en proceso de desertización, portadoras de valores y contra-valores culturales como “vivir y trabajar en el campo”, “cambiar de vida”, y planteamientos de “revoluciones minúsculas” en las que podemos percibir sin dificultad elementos anticipadores de la ecología.
La aparición de empresas alternativas y de instrumentos financieros de proximidad, críticos con los efectos negativos de la macro-organización, clave del exceso consumista de la economía productivista, con una nueva visión sobre la economía.
Las actuaciones solidarias urgentes de las Asociaciones de parados y de acción contra la precariedad, las primeras estructuras de inserción, contestatarias con los límites o las contradicciones de los dispositivos públicos de asistencia y formación.
El movimiento poblacional de los barrios (jóvenes, mujeres, inmigrantes, ...), sector en los años 80 de la cultura del mestizaje, de la mezcla, del desarrollo local y comunitario.
Las experiencias adquiridas por aquellos que han actuado en la realidad de las relaciones entre los países del Norte y del Sur comprometiéndose en la cooperación, han sido útiles para difundir el espíritu y los métodos de creación de micro-proyectos en la misma Francia.
Así han aparecido miles de iniciativas de las cuales, ciertamente, algunas fueron efímeras, pero muchas se han consolidado y cohesionado, por ejemplo en el área agrícola, de medio ambiente, de comunicación, de formación, de artesanía, de salud o de comercio, como tejido nada despreciable (...)
El campo así descrito ofrece la triple originalidad de estar compuesto por varias generaciones, de ser rico en pertenencias y orígenes sociales variados, en el cruce de caminos de diversas historias y culturas militantes.

2.Valores y aportaciones

En este campo, y a pesar de su dispersión, funcionan elementos recuperables con los que, de manera intuitiva, se identifican los distintos actores de la Economía Alternativa y solidaria, lo que le otorga una personalidad específica:
En primer lugar, los valores importantes, basados en el respeto al otro e inseparables entre sí:
La solidaridad: ningún individuo, ningún grupo, ningún colectivo puede actuar sin sopesar las consecuencias de su actividad sobre los demás y, más aún, sobre toda la sociedad y el planeta. La comprensión de las interdependencias, el rechazo de los egoísmos y los sectarismos se alimentan mutuamente.
La autonomía: cada persona, cada unidad de base, cada territorio debe ser capaz de ir al límite de sus propias potencialidades, disponer de la máxima capacidad de acción con sus medios, limitar su dependencia, conquistar una soberanía optima.
La igualdad: las desigualdades unidas al azar, a las situaciones, a la historia, al tiempo o a la naturaleza, las diferencias inevitables y deseables, no deben transformarse en dominación, en opresión, en exclusión – no existe a priori jerarquía entre individuos, sexos, generaciones, naciones o cultura. La paridad se impone como un derecho.
El compartir: en contra de los mecanismos hegemónicos y de proliferación, deben ser valorados la difusión y la adaptación del saber hacer. Hay que compartir no solamente los excedentes, los beneficios y el consumo, también el trabajo, el tiempo y el riesgo.

La búsqueda de calidad no tiene sentido más que en la cooperación y el intercambio. Estos valores, que los militantes de la economía alternativa y solidaria intentan vivir y hacer que fructifiquen en sus prácticas, están en las antípodas de los modelos dominantes para quienes la ética, lo político y lo social son considerados en el mejor de los casos y a posteriori como correctivos o reguladores.
Ellos se inscriben dentro de las tentativas por mantener constantemente abierta la cuestión de sentido, en la economía pero también en la tecnología y la ciencia. Ponen de nuevo en cuestión el concepto de progreso y amplían los criterios tradicionales de racionalidad introduciendo ahí de forma destacada los factores de responsabilidad respecto a la vida en la tierra y los derechos de las generaciones futuras.
A partir de estos valores, la Economía Alternativa y Solidaria encuentra su lugar en las búsquedas que propician la aparición de una nueva cultura de cambio (...).

3.Intuiciones y Pistas de orientación

En este marco, y sin espontánea homogeneidad, el patrimonio de las intuiciones o las ideas activadas por los movimientos de la Economía Alternativa y Solidaria no es nada despreciable. Tres caminos balizan bien la andadura intelectual en las que ellas evolucionan y dan cabida y lugar a los experimentos innovadores a los que ellas contribuyen.

Cambiar el trabajo

El trabajo, asalariado o no, está situado por los sistemas mercantiles en el centro de las identidades sociales, su apropiación se ha convertido en una carrera desenfrenada donde los efectos son actualmente extraordinariamente contraproducentes. Son excluidos y puestos en situación de precariedad aquellos que, por una razón u otra, no pueden aceptar las normas; quienes pueden están inseguros, encerrados en su puesto y temen perder su empleo. Se multiplican las tensiones nacidas de la competitividad jerárquica y las discriminaciones irracionales a causa de la edad o el sexo; el espacio urbano y los territorios son condicionados por el doble flujo del mercantilismo y el trabajo; unos están sobre saturados y otros resultan baldíos; los tiempos y saberes son captados, comprados, alistados. Las tecnologías se endurecen.
He aquí los síntomas cada vez más graves de un mal estar colectivo donde el precio humano a pagar por el crecimiento y la productividad inmediata resulta cada vez más y más insoportable (...).
Contar de otra manera

El modelo productivista ha llegado a un aparente alto grado de actuación económica solo lanzando dardos sobre el Norte y el Sur del planeta así como sobre el porvenir de sus hijos. Los costes ecológicos y sociales son aplastantes. Una parte del mundo está agotada, asolada por el hambre y la guerra.
El mercado de la medicina, la droga, las armas y la construcción, manifiestan desde el absurdo la inmoralidad de este sistema donde el éxito empresarial de las firmas y los carteles se paga demasiado a menudo con el sufrimiento, el dolor y la muerte, y a veces la locura.
Al final, una manera distinta de producir bienes y servicios con mejor calidad, un autocontrol en el consumo, la reparación y la prevención de los estragos del progreso, el reequilibrio del mundo, imponen a las sociedades humanas el tener realmente en cuenta la totalidad de los efectos, presentes o futuros, de sus actividades (...).

Reforzar la economía democrática

La Economía Alternativa y Solidaria desarrolla la ciudadanía: sus herramientas y métodos facilitan el acceso de las personas o de los grupos a la Empresa y al capital, ampliando el control de los productores y de los consumidores sobre el contenido del trabajo, la utilidad social, el valor de los productos y las tecnologías; se esfuerzan en la promoción de la igualdad y la responsabilidad, en reducir las distancias (entre los sexos, las rentas, entre concepción y ejecución...); proponen a los ciudadanos un mejor dominio de los flujos, de los circuitos de decisión y del dinero (beneficio, inversiones, fiscalidad, ahorro).
La emergencia de un tercer sector de utilidad social, como componente nuevo de una verdadera economía mixta, figura entre las concreciones posibles de la democracia económica. Pero esta supone un esfuerzo considerable en la renovación del sindicalismo, los modelos de gestión de las empresas, las practicas económicas de los colectivos locales y también de las actividades asociativas. Por la valoración de sus resultados, la Economía Alternativa y Solidaria puede ser un factor activo y ejemplar de estas evoluciones.

Movilizar los territorios y sus habitantes

Los modelos mayoritarios de prácticas económicas banalizan los espacios y las localizaciones; dispersan las especificidades, disuelven los grupos de pertenencia, uniformizan, estandarizan, marcan, discriminan y penalizan a los alejados de la norma. Las formas que difunden como ejemplos a seguir son negadoras de las identidades, de las fuentes o la historia de los lugares, de los grupos y las personas.
La Economía Alternativa y Solidaria sostiene la idea que, al contrario, hay que valorar y, por tanto, rehabilitar los recursos y las particularidades de los territorios como propios de los grupos sociales, particularmente los de aquellos que están en vías de desaparición o marginación. Recuperar la memoria, identificar los orígenes, inventariar los saber- hacer, incluyendo ahí lo que no parecen directamente económicos, la promoción de acontecimientos culturales y de encuentros que desarrollan la capacidad de iniciativas y realizaciones colectivas, he aquí los componentes de las prácticas alternativas en materia económica, que testimonia la expresión “desarrollo local y comunitario” aún conscientes de algunas de sus ambigüedades (por comunidad entendemos la comunidad libremente elegida o confirmada, de pertenencia o de relación). Ellas no limitan el acto emprendedor que crea la estructura o la herramienta, pero tienden, con el refuerzo de su capacidad de acción y de apertura, a multiplicar el número de grupos capaces de contribuir al bien común.

4.Límites y Toma de conciencia

Posibilidad de prácticas y de movimientos diversificados, portadora de fuertes valores y de temáticas innovadoras, la Economía Alternativa y Solidaria ha carecido después de bastantes años de visibilidad, de organización, de lugares y de momentos significativos de intercambio y debate, de medios para actuar.
De sus límites surgen varias consecuencias negativas, entre las que están:
La floja tradición escrita, la dispersión de la literatura teórica, la ausencia de un programa elaborado.
El mantenerse en la experimentación sobre producción a pequeña escala y, por tanto, un cierto grado de reducción a la micro-actividad.
La dificultad para acumular medios de capital e ingeniería, que han llevado a las empresas a permanecer en atalayas de contenido tecnológico demasiado modesto, y a no contribuir suficientemente a la investigación o la promoción de la innovación científica y tecnológica alternativa, por ejemplo en materia de energía, hábitat o salud.
La exterioridad en relación a la empresa, los asalariados o el sindicalismo
Por esto, la Economía Alternativa y Solidaria tiene reputación en la capacidad de hacer nacer lo nuevo más que por reformar lo antiguo. A veces hace fuera más que de otro modo. Su imagen es mas la de un laboratorio de innovación, que la del fermento creíble de propuestas globales y políticas (...).

Después de la organización del TOES en 1989, y a partir del acercamiento entre ALDEA y Empleo Solidario, aparecieron progresivamente varias ideas para llevar a cabo el intento de ir más allá de estos límites:
La idea de pasar del prototipo al traspaso amplio, de la experimentación a la apropiación a través de la dinamización (movimiento) social de los temas y valores de otro tipo de economía.
La idea de agrupar los medios, mutualizar las competencias para dar a las prácticas alternativas más relieve, más capacidad de afrontar los envites a gran escala.
La idea de sintetizar los logros de la reflexión, de darles forma, de difundirlos como propuestas sometidas a un largo debate más allá de la Economía Alternativa y Solidaria.
De estas tres ideas es desde donde nace la actual Red.

5.Una red cooperativa de ciudadanía económica

En el proyecto de REAS, nada de dejación de los actores locales en provecho de un supuesto centro conocedor, nada de ortodoxia teórica impuesta, nada de organización cuadriculada, nada de instrumentos que terminan por ir contra sus usuarios y se oponen a su objetivo inicial. Nada de aparato costoso y contractuante.
En el pasado, movimientos y flujos vivos se han fosilizado en rígida burocracia, en experta tecnocracia: ellos sirven de contra-modelos.
Por contra, nuestro proyecto se ve federativo, preservando la pluralidad, las diferencias de estilo, la historia, los tiempos, permitiendo a cada uno entregarse a las preocupaciones con más impacto y eco más allá de la propia esfera de influencia (...)

La ambición de REAS es llegar a ser una verdadera Red Cooperativa de Iniciativas Económicas de la Ciudadanía:
Red cooperativa de puesta a punto de herramientas y servicios a usar por los participantes y su entorno: asesoría en la creación de empresa, financiamiento, seguros, protección social.
Red cooperativa de consumidores e intercambio de saberes: circulación de las personas, de las tecnologías innovadoras, evaluación recíproca, ayuda, trueque, recogida de información, autoformación colectiva.
Red cooperativa de iniciativas locales y nacionales: promoción de actuaciones y productos, llamadas de atención y campañas mediáticas de solidaridad y ahorro, gran comunicación con destino a toda la población. Serán así las precursoras de operaciones con cierta amplitud.
En el centro de estas iniciativas, por supuesto, aquellas que pueden promover otro tipo de relación con el dinero y la economía. Finalmente esta ambición: reunir las condiciones para que emerja una Banca Alternativa.
Red cooperativa de reflexión, producción y difusión de ideas que permitan dar un contenido más concreto, y por tanto más eficaz, a las intuiciones de la Economía Alternativa y Solidaria.
Red cooperativa de solidaridad, de mediación y de influencia: apoyo a los movimientos que caminan en la dirección de alternativas para el cambio social, cooperación técnica con estos movimientos (ejemplo: vivienda, comercio justo, medioambiente, iniciativas económicas femeninas, reconversión de las fábricas de armamento, cultura...) claves de promoción propuestas a los poderes públicos, contacto con las empresas de economía tradicional (...).

6.Llamada

¡La tarea parece inmensa y hecha de puro voluntarismo!
¿Quién negará que todo, en nuestras sociedades, desanima a la acción económica y la empresa, cuando no son movidas por el afán de lucro o por el de notoriedad y poder?
¿Quién negará que los impasses de las ideologías tradicionales, los abandonos, las capitulaciones o los crímenes a los que algunas de ellas han llegado, no han conllevado un formidable retroceso, de los valores colectivos de interés general, el inhibirse en el hacer y la dictadura de los devoradores de esperanza?
Pero los años transcurridos han visto igualmente nacer otras militancias, otras relaciones sociales de las personas, otras maneras de hacer. De nuevo, la joven generación permite que los más ancianos, atados a las experiencias anteriores pero sintiendo las mismas aspiraciones, aporten su contribución a los proyectos de los tiempos que corren.
La Red de Economía Alternativa y Solidaria puede ser uno de los espacios de renacimiento de la iniciativa, una herramienta de las memorias que se proyectan hacia el futuro, una encrucijada original donde se cruzan, se recortan y se enriquecen trayectorias o aventuras en principio venidas de lejos unas y otras.
Lugar y medio de la economía reconciliada y reapropiada, no llenará un aspecto esencial de su función: renovar los lazos en una sociedad que se fragmenta, salvo que continúe abierta a lo nuevo y encuentre un estilo original.
Para esto conviene que todo aquellos que creen reconocerse en estos “poteaux d´angles” (Henri Michaux) contribuyan a su nacimiento, a su desarrollo y a su esplendor.

LAS JORNADAS DE BEIRE

Las líneas de reflexión y acción iniciadas en Pamplona en 1990 coinciden en la Jornada Técnica realizada en el Albergue de Beire en febrero de 1994. En ellas participaron 28 entidades de todo el estado español y 3 personas individuales, que representaban la casi totalidad de colectivos vinculados desde una experiencia de realidad con el tema.
En el transcurso del encuentro, se trabajó sobre un documento, quedando aprobado casi en su totalidad como líneas básicas de las características exigibles a las entidades que pretendan identificarse como Empresa Social Solidaria (las ESS se definen como empresas solidarias no sólo entre los trabajadores que la componen sino también con su entorno, y en especial con los más desfavorecidos, estableciendo unas relaciones laborales/personales/sociales tales que las personas integrantes de estas empresas) encuentren tanto su desarrollo personal como profesional. Esto sin renunciar en ningún momento a su condición de empresas, es decir, que su mantenimiento se base en una rentabilidad económica donde los ingresos igualen o superen a lo gastos sin depender excesivamente de subvenciones que completen su cuenta de explotación.
En este sentido las jornadas de Beire, tanto por su nivel de participación como por las conclusiones elaboradas, marcan un punto de inflexión tanto en la sistematización de la reflexión como en la misma agrupación de las experiencias de este tipo bajo un denominador común.

ANTECEDENTES REMOTOS DE LA ESS

Vinculado en la actualidad a una realidad económica, el término Economía Social no siempre ha presentado la misma significación. En las primeras décadas del siglo XIX, es cuando la primera acepción del término toma fuerza. Entonces se desarrolla un duro debate epistemológico en el seno del pensamiento económico acerca de las relaciones entre la economía, la política, los valores y la religión.
La evolución de la corriente central de la economía es conocida: la opción por el concepto economía política, primero, y por las voces de economía positiva, ciencia económica y teoría económica pura, posteriormente, revelan que esta corriente principal apostaba por una ciencia social neutra de valores y cuyo foco de análisis central sería el intercambio y el modo de producción capitalista.
Frente a ésta se alzaron las corrientes calificadas (en algunos casos autocalificadas) de economía social. Su denominador común era de índole epistemológico y metodológico.
Por un lado, rechazaban la separación entre economía, valores y política, propia de la corriente principal.
Por otro lado, sensibilizados por la cuestión social y el tremendo costo humano de la revolución industrial y del triunfo del capitalismo como sistema económico, acusaron a la ciencia económica dominante de hacer abstracción de la dimensión social.
El enfoque de Economía Social aparecía explícito en los escritos de los pensadores de la época, desde el francés Dunoyer al español De la Sagra, pasando por el belga Pecqueur y el inglés Smiles, los cuales, al igual que sucedía con la economía política, se adscribían a sus respectivas escuelas, una socialista, otra cristiana, otra liberal y otra solidarista.
Desde la segunda mitad del siglo XIX, con autores como Le Play y Gide, el significado del término economía social se transformaría profundamente. En efecto, la gran atención prestada por los científicos sociales de ese periodo a las instituciones sociales no capitalistas ni públicas, por un lado, y el alejamiento del marxismo y su movimiento obrero afín, que habían optado por la vía estatista y revolucionaria, por otro, tenderían a circunscribir el objeto de estudio de los primeros a una parte de la realidad social.
Hasta fechas recientes, el sentido intelectual dominante de Economía Social ha sido, pues, el de campo de actividad económica formado por “aquellas relaciones sociales de carácter voluntario y contractual que los hombres urden entre sí con el fin de asegurarse una vida más fácil”, formas institucionales que durante mucho tiempo fueron asimiladas casi exclusivamente al movimiento cooperativo, que aún en la actualidad constituye la columna vertebral de la economía social como sector institucional.
Siendo las cooperativas el objeto de estudio, toda la tradición científica sobre el tema desarrollada a lo largo del siglo XIX se vio revalorizada por Buchez, Owen, Fourier, Proudhon, Blanc, King, Raiffeisen, Schultze-Delistz y tantos otros, entre los que deben ser incluidos también los más relevantes economistas de la corriente principal de la economía, parte de cuya obra ha sido dedicada al estudio de las cooperativas.
Muchas de las prácticas sociales de los actores de la ESS se han nutrido no sólo de las experiencias de las cooperativas, sino de las Comunidades de Base cristianas.
Partiendo de la “triada de la Economía Social”, su campo se va ampliando progresivamente, atendiendo a las particularidades institucionales de cada país, introduciendo nuevas formas institucionales no recogidas anteriormente.

ESS Y TERCER SECTOR

A partir de los años 70 surge el movimiento de ONGs tal y como se entiende hoy, aumenta el número de organizaciones, de voluntarios y de movimientos contestatarios.
La puesta en cuestión de la eficacia y eficiencia del estado del bienestar de una parte, y una sociedad civil con un papel cada vez más activo por otra, dan píe al surgimiento de nuevas actividades económicas en el ámbito de los servicios sociales.
Las ONGs comenzaron a profesionalizarse, a ver cómo su financiación aumenta y a ser vistas como perfectas colaboradoras del Estado. Apareció así el concepto de Tercer Sector, que se nutre de las iniciativas que pretenden fomentar o mantener el bienestar social y cuya acción se guía por principios altruistas aunque sin renunciar a la viabilidad económica. Se trata de un sector en continua expansión, en el que se dan proyectos y empresas que en diferente medida buscan alternativas al modelo de empresa capitalista (alternativa en formas de organización, funcionamiento y fines de la empresa).
En la Argentina, tal como se expone en el material bibliográfico de Problemática de las Organizaciones y Sociedad “pensar el concepto de tercer sector en nuestro país nos obliga a tratar de establecer algunas definiciones previas en torno a dos cuestiones: a) qué es la sociedad civil y b) para qué se organiza la gente en el campo de lo social”.
En opinión del autor hay un eje del tercer sector que es “excluyente y determina que el tercer sector es todo aquello que no es Estado (sector público) ni mercado (sector privado con fines de lucro). El segundo eje es inclusivo en la medida en que forman parte del tercer sector todas los miembros de la sociedad civil que participan de organizaciones sociales sin fines de lucro sean grandes o pequeñas, tengan mucho o poco impacto”.
El mismo autor reconoce que las organizaciones que lo componen, juegan un papel que va más allá de ser “bomberos anticrisis” ante la ausencia o retirada del Estado de las políticas sociales, si bien muchas de esas OSC conllevan el estigma del clientelismo político y del asistencialismo estatal.
“Allí radica el verdadero valor de las organizaciones sociales en Argentina: van generando alternativas desde abajo y buscan apuntalar certezas en la vida de todos los días en un país que no parece tener un rumbo definido que pueda incluirnos a todos”.

EL IMPACTO DE LA ESS EN EL EMPLEO. LA EXPERIENCIA EUROPEA

Un estudio transnacional analizó la dimensión de este sector a través de su impacto en el empleo en la Unión Europea. El campo de la investigación fue deliberadamente definido de modo amplio y flexible al objeto de tomar en consideración las particularidades nacionales. Se abordaron las cooperativas y las mutualidades, así como las asociaciones, organismos de voluntariado y las fundaciones que remuneran el trabajo, delimitación perfectamente coherente con los criterios comúnmente admitidos.

Empleo en la Economía Social por países

País ETC % sobre EA

Alemania 1.860.861 6,4
Austria 233.662 8,0
Bélgica 206.127 7,1
Dinamarca 289.482 13,8
España 878.408 9,9
Finlandia 138.580 8,1
Francia 1.214.827 6,8
Grecia 68.770 3,3
Irlanda 151.682 15,8
Italia 1.146.968 8,2
Luxemburgo 6.740 4,6
Países Bajos 769.000 16,6
Portugal 110.684 3,5
Reino Unido 1.622.962 8,4
Suecia 180.793 5,8

TOTAL 8.879.546 7,9

Fuente: CIRIEC-International.
ETC: Equivalente a tiempo completo. EA: empleo asalariado
Fecha de referencia: 1995
Los resultados del estudio arrojaron los siguientes datos: globalmente la economía social empleaba en 1995 a un total de 8.879.546 personas a tiempo completo en la Unión Europea.

LAS COOPERATIVAS

Prototipo de Empresa Social y Solidaria, la cooperativa constituye la forma más genuina de entidad de economía social. Una cooperativa es una asociación de personas -socios cooperativistas- que se unen de forma voluntaria para satisfacer en común sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales mediante una empresa que es de propiedad colectiva y de gestión democrática o democracia económica.
La diversidad de necesidades y aspiraciones (trabajo, consumo, crédito, etc.) de los socios, que conforman el objeto social o actividad cooperativizada de estas empresas, define una tipología muy variada de cooperativas.
La Alianza Cooperativa Internacional (ICA), nacida en 1985, es la organización internacional que aglutina y promueve el Movimiento Cooperativo en el mundo. Cuenta con 500 millones de socios organizados en 750.000 cooperativas de diversa índole.

Orígenes e historia

La creación de mutuales o de ayuda mutua es anterior al desarrollo de los primeros sindicatos. Las cooperativas y mutuales respondían a la necesidad de mejorar la calidad de vida y la solidaridad de todos los asociados, en un tiempo en donde la miseria y la explotación azotaban a las clases desposeídas. Una de las primeras experiencias cooperativas data de 1844, cuando se crea en Inglaterra, la cooperativa Rochdale Society of Equitables Pioneers con 28 socios iniciales, que se convertirían en 12500 en 1901, 27000 en 1931 y 41000 en 1961. De la cooperativa de tejedores laneros de Rochdale, saldrá el manifiesto que sentaría las bases del movimiento. Coetáneamente surgen otras experiencias en Francia, España y otros países europeos. Entre los primeros pensadores del cooperativismo se encuentran a los socialistas utópicos Robert Owen, Charles Fourier, Henri de Saint-Simon, Charles Fourier, Pierre-Joseph Proudhon u otros como Philippe Buchez. quienes propondrían un nuevo modelo de organización social basado en colonias autónomas y solidarias.
El cristianismo social también participa en el desarrollo de la economía social, concretamente a través de la obra de Fréderic Le Play quien crea una Sociedad de Economía Social en 1856 y una revista titulada La Economía Social. También se propone que la economía social figure en las exposiciones universales de 1867, 1878 y 1889.
Le Play aprueba el desarrollo de las cooperativas con un objetivo reformista pero no si se pretende una transformación radical de la sociedad. Recomienda sobre todo las obras de patrocinio de los responsables de la industria. Podemos mencionar también en esta línea a Fréderic-Guillaume Raffeisen por su labor práctica: funda en Alemania las primeras cajas rurales de crédito y se convierte así en el padre del crédito cooperativo agrícola.
De manera general, los cristianos sociales del siglo XIX apelan a los "cuerpos intermediarios" para luchar contra el aislamiento del individuo, tara del liberalismo, y contra la absorción del individuo por el Estado, trampa del jacobinismo. La valoración de estas micro-estructuras al mismo tiempo que la afirmación de la autonomía de los individuos conducen al concepto de subsidiaridad el cual implica que la instancia superior no acapara las funciones que la instancia inferior, más cercana al usuario, puede asumir.

Las cooperativas: primera experiencia obrera de gestión colectiva

Los principios fundamentales del cooperativismo, en esa época se basaron en: una democracia interna, un hombre un voto, afiliación libre, los fondos pertenecían a toda la sociedad y la “neutralidad política”. En la primera mitad del siglo XIX, se inicia el proceso de expansión del capitalismo, motivado por la libre competencia. Este proceso se intensificó, llevando a la conformación de monopolios y a una mayor concentración del capital.
Kart Marx, visualizó esta tendencia del capital, por eso explicó como las cooperativas eran brotes de la nueva sociedad, dentro de la vieja y que no podían sobrevivir como islas en una economía capitalista. Sólo podrían sobrevivir si se extendían a todos los sectores de la producción y se coordinaran a nivel nacional; que en definitiva no sería otra cosa que la articulación de una economía planificada socialista.
Las cooperativas aisladas, en un régimen capitalista de gran concentración de capital y altamente monopolizado serán barridas y derrotadas. Las cooperativas deben alcanzar un amplio desarrollo nacional para poder subsistir como opción revolucionaria; pero esto sólo será posible cuando la clase obrera se apodere de los medios de producción y cree unas relaciones sociales colectivas.
Las cooperativas requieren de financiamiento y ayudas del Estado, no sólo para iniciar sus operaciones sino también para invertir en nuevas aplicaciones tecnológicas; estas ayudas no pueden permitir que la cooperativa pierda su autonomía.

El cooperativismo en Argentina

En Argentina las Cooperativas se rigen por la Ley Nacional 20.337. Existen cooperativas de todo tipo: agrícolas, de servicios, de trabajo, de crédito, bancarias.
El rol del Cooperativismo en la Argentina es importantísimo en virtud que este sector solidario, de manera constante está casi siempre a disposición de la comunidad para lo que fuere necesario, exceptuando algunas organizaciones que se revisten bajo formas cooperativas para fines de lucro.
Zonas enteras del interior del país se han desarrollado gracias al movimiento cooperativo (Entre Ríos, sur de Santa Fe, Córdoba, Misiones, especialmente). No hay lugar en el territorio nacional donde un grupo de asociados no se organicen bajo este sistema.
En la actualidad Argentina posee más de 20.000 cooperativas de diferentes tipos. Este número comparado con otros tipos de organizaciones representa básicamente más del 80 % de las formas jurídicas del país.

AUTOGESTIÓN Y CONTROL OBRERO

La autogestión no debe ser confundida con el control obrero, el cual mantiene la jerarquía y el control externo del organismo (o fábrica) a algún organismo o instancia superior (como un partido político, por ejemplo).
El ala revolucionaria del marxismo no descartará la cooperativa como forma de participación democrática de los trabajadores pero buscara otras formas de gestión obrera que permitan realmente romper con la lógica capitalista, sirviendo de enseñanza y de avance cualitativo en la conciencia política y revolucionaria de la clase obrera. Esa nueva forma de gestión será el control obrero.
Del proceso teórico-práctico del movimiento obrero y del socialismo en la construcción del cooperativismo, desarrollado durante la primera mitad del siglo XIX y la primera década del siglo XX, las corrientes marxistas revolucionarias concluyen que en el marco de la crisis capitalista, que la creación de cooperativas de producción pueden eliminar la contradicción antagónica entre capital y trabajo a lo interno, siempre que estén dentro de un plan de transformación revolucionario de las relaciones sociales de producción del capitalismo.
Por ejemplo en Venezuela –y nos remitimos a la publicación marxista El Mlitante- “el debate ha comenzado. Por una parte sectores de la alta dirigencia del gobierno y algunos sectores de los partidos políticos que apoyan la revolución están hablando de un ”Proyecto de Capitalismo Nacional” que desarrollaría una burguesía nacional que junto al Estado industrializaría el país. Toda la historia del proceso socioeconómico venezolano ha demostrado que no existe una burguesía nacional interesada en el desarrollo económico de nuestra nación. Creemos que es erróneo pensar que se puede construir una burguesía progresista en la época de mayor concentración de capital del imperialismo. Incluso si fuera posible dar pasos en ese sentido serían aplastados por el capitalismo internacional, que no desea ni permitirá un crecimiento autónomo en la región” (...).
“Para nosotros un proyecto revolucionario, verdaderamente emancipador, se debe sostener en un cambio de las relaciones de propiedad y de producción que permita a los trabajadores y al pueblo en general dos cosas fundamentales: Primero, que sean los trabajadores los que decidan el destino social y el uso de los medios de producción, comunicación y distribución y, segundo, cómo organizar el trabajo para desarrollar las capacidades de producción de manera colectiva y autónoma. Poseer los medios de producción no es sólo una posesión material o la propiedad jurídica de la empresa, es además poseer los medios de poder para desarrollar la producción social, de acuerdo a la participación y decisión tomada democráticamente por todos los trabajadores.
El problema no es sólo participar, sino bajo qué condiciones se participa, cómo se participa, es decir cómo se organiza la cooperación de las diferentes instituciones de la sociedad de una manera democrática”. (…)
“En Venezuela sucedieron, dos hechos fundamentales que sacudieron la conciencia de los trabajadores, transformándola en una conciencia impugnadora de la sociedad capitalista: a) la toma y puesta en producción de la industria petrolera por los trabajadores y el pueblo en diciembre del 2002; y b) la toma de algunas empresas privadas por parte de los trabajadores, que fueron abandonadas, cerradas o quebradas. Pero además se proponen líneas políticas, como las del Presidente Hugo Chávez Frías, en el sentido de crear cooperativas con las cuales “transformaremos el sistema económico y social”. Esta situación ha venido generando un fuerte debate en el seno de los trabajadores, provisto de confusión, en cuanto al modo de participación y la forma de gestionar las empresas”. (…)
“Para concluir debemos tener presente que si no se transforma la propiedad y sí la gestión de la empresa, estaremos enmarcados en el sistema capitalista. Si transformamos la propiedad y la gestión de la empresa no está en manos de los trabajadores, estaríamos todavía en la lógica del capitalismo. Sólo revolucionando las relaciones de propiedad y las formas de gestión en la producción y en la sociedad, estaremos en el desarrollo de un nuevo modo de producción y a las puertas de la emancipación definitiva del género humano”.

ORGANIZACIONES ABORDADAS

Tomando en cuenta el trabajo de Daniel Arroyo acerca del Tercer Sector se puede partir de la base de que las “nuevas” formas de organización se establecen a partir de dos dimensiones: una referida a la movilización en torno a reclamos vinculados a la situación social; la otra en función de reclamos o demandas que van desde lo territorial hasta la defensa de temas específicos.
Tanto la Asociación Civil Creciendo Sin Fronteras como Barrios de Pie en el mapa conceptual del autor de referencia, estarían incluidas en las organizaciones territoriales y dentro de ellas, en las organizaciones de base, aquellas “que tienen como objetivo prioritario la resolución de problemas de orden local; pueden visualizarse en espacios territoriales en donde predominan diferentes estratos sociales pero en todos los casos el objetivo es lograr mejoras territoriales y están formados por los propios habitantes de ese lugar”.

ASOCIACIÓN CIVIL CRECIENDO SIN FRONTERAS

Reproducimos fragmentos referidos a la financiación de las entrevistas realizadas al secretario general de la ASCSF, Sergio Barrionuevo.

“El 30 % del ingreso para pagar el alquiler del local proviene de la peluquería. Otro porcentaje lo ponemos Raúl y yo. Y en menor medida otros integrantes, de acuerdo con su situación económica. Los gastos de luz y otros servicios, los pagamos con lo recaudado en peñas y kermeses que hacemos. Cada 6 meses hacemos un bingo, una especie de totobingo. La periodicidad es espaciada para que la gente no se acostumbre a jugar. Los días patrios los festejamos todos. Hacemos una comida u otra actividad”.
“Nosotros prácticamente no tuvimos ayuda del Estado, la ayuda fue mínima, a través del PAMI y del Gobierno de la Ciudad. Recibimos ayuda de la Xunta de Galicia que donaron cajas de alimentos a partir de la crisis del 2001 para los residentes gallegos en la Argentina y por una contraprestación -el distribuir las cajas mediante nuestros voluntarios- conseguimos cajas para redistribuirlas entre los vecinos más necesitados. Además, por iniciativa nuestra, la Xunta creó un programa de Madres Adolescentes, a las que consideramos el grupo de mayor vulnerabilidad. Entre las madres adolescentes distribuimos 100 cajas. La condición que debía reunir era ser madre adolescente soltera, puntualmente, brindarles capacitación -para que tengan una salida laboral- y educación en sexualidad responsable”.
“Con respecto al trabajo en red, te comento que nosotros formamos parte de dos redes sociales, la red de asociaciones civiles Comunidad y la Red Social de Balvanera. Comunidad está compuesta por cerca de 30 organizaciones entre comedores comunitarios, asociaciones civiles, grupos deportivos, centros de jubilados, la Fundación Armonía y centros comunitarios. Trabaja sobre todo en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires y en villas (11.21 - 31 - 20 - Núcleo Transitorio Zaveleta, entre otras). La Red Solidaria de Balvanera comenzó siendo parte de la Red Solidaria (N. del A.: la creada por Juan Carr) y agrupa a 14 organizaciones, entre ellas a Mensajeros de la Paz, cuya madrina es Sarah Ferguson”.
“Una experiencia interesante fue el trabajo de voluntarios extranjeros en CSF: un israelí y un español. Ambos fueron contactados a través de www.idealistas.org. Dieron clases de apoyo. El hebreo en idioma (inglés) y el español en materias de grado. Tipos muy piolas, bohemios, macanudos y comprometidos”.

BARRIOS DE PIE

Para esta nota, en el tópico que se refiere a la financiación de las organizaciones, estuvimos con Silvina, una militante de Barrios de Pie quien coordina el área de Diseño y Economía Social, acompañando la constitución de cooperativas de trabajo del sur de la Capital Federal impulsadas por este movimiento. Ella nos habló del tema, pero la charla se extendió sobre la autogestión, la economía social, los límites que impone el mercado y muchas otras cuestiones que exceden las consignas del trabajo parcial.

“Nosotros éramos la CTA en los barrios y después del 2001, que empieza a crecer mucho la organización, se conforma Barrios de Pie. Al principio con varios microemprendimientos y cosas así, más autogestionadas, que servían por un lado, para paliar el hambre de los hogares y se crean más comedores sin ningún tipo de ayuda del Estado a los comedores. Estos comedores se bancan con la panadería del comedor, por lo general son panaderías, rotiserías o lo que venga… el ropero. Y ahora sí, algunos están dentro del programa estatal que subvencionan los comedores, se hace una especie de red, porque si en el barrio, por ejemplo, en Lugano, no están bajo programa se reparte la comida de los otros comedores, se redistribuye”.
“Antes del 2001 la financiación de los comedores era salir a los supermercados a pedir, el mangueo era la única base que tenían los compañeros y compañeras para bancar los comedores. Al principio no tenían forma jurídica, existían de hecho, la única personería que había era política, la del Frente de la Resistencia, cuando empieza a crecer y se ve esto de presentar proyectos al Estado, a privados para gestionar recursos que tenían que ver sobre todo con alimentos, se arman asociaciones civiles, no cooperativas. Cuando Barrios de Pie se reorganiza en áreas –la única preocupación no era ya abrir más comedores- empezamos a organizarnos alrededor de distintas iniciativas: educación, género, salud… Para eso necesitábamos recursos, porque la idea de ser promotores en los barrios, hacer talleres y otras actividades te lleva a ver de dónde conseguís los recursos”.
“La primera fue la de educación, que la manera de gestionar eso vimos que pasaba por el Plan de Alfabetización. Por intermedio de Cuba, conseguimos que nos enviaran directamente los materiales para que podamos hacer programas de alfabetización acá. No había dinero de por medio, sino que ellos mandaban la tele, los videos, todo el material didáctico.
Después eso empezó a quedar como chico porque el área de Educación creció mucho y desde hace unos años se comenzó a trabajar con el Plan Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación nacional”.
“Después, lo de los planes, es una de las cosas que banca un poco la organización barrial, no sólo a los compañeros, sino con el aporte que hacemos todos es el motor de esto. Nosotros por ejemplo, estamos en contra de la política de rentas en la organización. No tenemos compañeros rentados. De hecho, ahora que tenemos compañeros laburando en el Estado (N. del R.: Silvina menciona el caso de Jorge Ceballos, dirigente de Barrios de Pie y funcionario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, entre otros) desde hace un par de años, un tercio de lo que cobra es para él y el resto va a la organización. Y así pasa con todos los compañeros que trabajan en el Estado”.
“Desde hace un par de años comenzamos a armar cooperativas de trabajo. A nivel nacional y acá en la Ciudad de Buenos Aires hay alimenticias, textiles, de calzado. Son cooperativas de producción. Tienen límites grandes. Eso hizo que la concepción que nosotros teníamos de la economía social es bastante particular. Las iniciativas autogestionarias, tenemos unas cuantas, tienen serios límites. Tienen serios límites, por ejemplo, las que no tienen convenio con el Estado es muy difícil que subsistan en el mercado. Y no le pasa sólo a las organizaciones, le pasa a las empresas recuperadas. Las recuperadas fueron en algún momento, empresas. Para los que se quedan desocupados y no vienen de alguna experiencia cooperativa, autogestionaria, es muy complejo, primero porque no tienen ningún tipo de capacitación, sobre todos los más jóvenes, que están afuera de la cultura del trabajo. Es muy difícil que puedas insertarte como empresa en el mercado, aunque digas yo soy desocupado comprame a mí”.
“Y todavía no hay una política de Estado que diga apostamos a la economía social o apostamos a reconstruir la burguesía nacional. Todavía estamos a mitad de camino. Es distinto a Venezuela que en eso sí tiene un recorrido y además tiene petróleo de base que si le va mal en esto tiene como sustentarse. Ellos tienen una política de estado: una política de financiación, de capacitación, de seguimiento de las empresas de economía social. Acá nos está costando mucho que las cooperativas puedan sustentarse en el mercado sino es a través de un convenio local o provincial donde el Estado le compra una cantidad determinada de productos. Pero bueno, es una forma de financiamiento que tenemos”.
“Los planes cada vez son menos, porque hay una política de Estado que es terminar con los Planes Trabajar, con la que nosotros estamos de acuerdo, por eso desde hace unos años en cada área de trabajo de Barrio de Pie se armó un Equipo de Gestión, que tiene que ver con conseguir recursos para que la política social pueda seguir avanzando y expandiendo. Los compañeros de los Equipos son los que están todo el tiempo pensando en la presentación de proyectos, en el registro de lo que se está haciendo…Nosotros, por ejemplo, desde la Universidad armamos una escuela para la UBA y a nivel nacional también, que son prácticas pre-profesionales en el ámbito comunitario. Arrancamos con la escuela el año pasado y después de eso, con el registro del trabajo hecho durante todo el año, salimos a buscar recursos, con los proyectos enriquecidos por esa experiencia. El año pasado y este lo financió la Dirección Nacional de Juventud y este año conseguimos avales de todos lados”.
“A diferencia de otras organizaciones más asamblearias, autogestionarias, nosotros sí tenemos una concepción de poder como política de masas. Necesitás expandirte, crecer y para eso necesitás recursos. Hace cuatro o cinco años los recursos para crecer en la universidad eran vender empanadas los fines de semana en las plazas. Hoy creemos que hoy eso, no nos alcanzaría. Los proyectos están ligados a la política nuestra como organización y es una forma muy importante de financiación”.
“Nosotros tenemos dos tipos de cooperativas: las que te mencioné y las de construcción de viviendas, por un programa específico que lanzó hace un par de años el Estado, entre el Ministerio de Desarrollo Social y el de Planificación, que es un programa de construcción de viviendas sociales destinado a las organizaciones sociales. Son viviendas para el propio barrio. Uno de los requisitos de las cooperativas es que una parte de la gente reciben planes sociales porque tiene que ver con esta forma de transición entre el cobro del plan y la generación de trabajo genuino. En algún momento el plan va a caducar hasta que se consolide la cooperativa. Eso está funcionando. Para nosotros es un trabajo incipiente. Hace un año y medio o dos que estamos con esto. Es una forma de generar laburo para una organización de desocupados, sobre todo hoy que la construcción se reactivó un montón. Esta opción de que no sólo las empresas de construcción sean las que crezcan y acumulen es un avance notable. Más allá de que tienen sus límites también porque es muy burocrático todo. Hay todo un manejo político por detrás. Si lo manejan determinados municipios es complicado hacer algún convenio, porque digitan a que cooperativas le dan las obras”.
“A nosotros poner la política por sobre los recursos, nos ayudó a que muchas de nuestras propuestas sean políticas de Estado. Hacer jornadas nacionales en Tucumán que el Ministerio de Desarrollo lo tomó como propio para nosotros fue un salto cualitativo importante. Por un lado está bueno que te reconozcan el trabajo. Fue muy importante que se tomaran políticas de articulación con el Estado. El armado de las áreas de Barrios de Pie fue clave porque hoy algunas políticas que se habían lanzado desde los promotores de salud en los barrios, el Estado nunca hubiera podido acceder aún con personal capacitado como trabajadores sociales o desde el centro de salud más cercano. Por el trabajo de base empezó la articulación y hoy el Estado llega a algunos lugares a través de Barrios de Pie”.
“No sé muy bien como se manejan otras organizaciones que dependen de partidos, si reciben aportes internacionales. Nosotros no. Sobre todo porque tenemos una organización política con 18 años de existencia. Lo nuestro tiene que ver con lo ideológico, con no reproducir determinadas prácticas.”
“La desocupación aún es muy grande, los comedores siguen funcionando, para que los planes sociales tengan poca vida deben ser reemplazados por trabajo genuino, siempre en el marco de la economía social, que sea una opción al mercado. O si no tienen que tener laburo, que hoy es prioritario (...)”. “Reconozco que la economía social hoy tiene un techo. Si el Estado no enfoca más fuerte sobre ese sector y no le da una continuidad en el tiempo…En Venezuela por ejemplo, la economía social tiene rango de Ministerio. En Argentina, las empresas recuperadas tuvieron mediáticamente una ayuda, pero muchas de ellas no han sobrevivido. Sigue habiendo un monopolio de mercado. Y eso te cierra los caminos”.

LOS PROBLEMAS DE LA SUSTENTABILIDAD: ENTRE UTÓPICOS Y POSIBILISTAS

En la actualidad se dan una serie de situaciones comunes a todas las OSC que verdaderamente buscan una autonomía del Estado, total o relativa, que hacen a la inestabilidad económica por las siguientes razones:

- Problemas de financiación que suelen afectar a todas las OSC.
- Recortes de las partidas en las políticas y programas sociales.
- Número creciente de OSC que buscan fondos públicos o privados.
- Discrecionalidad en el otorgamiento de subsidios y créditos.

El planteamiento económico de una OSC difiere, fundamentalmente, del de una empresa capitalista en que la primera busca un beneficio económico, mientras que las subsector de la ESS busca un beneficio social por encima de otra consideración.
Damos por sentado que para que una organización sea sustentable en el tiempo deberá cumplir una serie de requisitos para que le resulte posible encontrar financiación.
Estos supuestos son:
- Tener un proyecto serio.
- Manejar la información relativa a todos los aspectos del proyecto porque la información es poder y se puede hacer valer a la hora de negociar.
- Transparencia en la gestión de la OSC, que se traduce en compromiso y eficacia.
- Disponer de los recursos humanos necesarios para su realización.
- Conocer nuestras limitaciones y el propio margen de maniobra.

ALTERNATIVAS POSIBLES DE SUSTENTABILIDAD ECONÓMICA

Fuentes de financiación

Las fuentes de financiación pueden ser básicamente de dos clases: propias (cuotas de socios, simpatizantes, colaboradores y usuarios, prestación de servicios a socios y allegados, recaudaciones a pequeña escala y renta en el caso de las empresas) y ajenas (públicas o privadas).
Entre las públicas están las subvenciones, los convenios de prestación de servicios, los créditos. Entre las privadas, además de subvenciones, las donaciones, patrocinios y la recaudación obtenida de campañas de difusión masiva.
Como cada OSC tiene su identidad social determinada por sus objetivos, valores, ideológica, cultura, ámbito territorial de actuación y actividades, las formas de captar ingresos estarán también moldeadas por esos parámetros. Por poner algunos ejemplos, Greenpeace no pide subvenciones; Médicos sin Fronteras, no cobra sus servicios a los destinatarios y muchas organizaciones de ámbito local, rechazan los aportes de empresas privadas.

A los efectos de mantener una autonomía, es central diversificar las fuentes de ingresos. Un porcentaje importante del ingreso, debe ser cubierto por recursos propios. Las subvenciones estatales no deben superar el 50 % del presupuesto y las de empresas o fundaciones privadas un 20 %. Depender excesivamente de una sola entidad (empresa privada, fundación u organismo estatal), nos somete a sus criterios y nos ata las manos a la hora de tomar decisiones estratégicas. La mayor o menor relevancia de los recursos propios nos indica el mayor o menor respaldo social con que cuenta nuestra OSC. En resumen, cuanto mayor sea el número de personas, organismos, empresas, etc., que aportan recursos a la organización, menor será la posibilidad de que se pongan de acuerdo para retirarnos su apoyo.

A los efectos de la consolidación de la organización es indispensable la capacitación socio-organizativa y la formación en gestión económica, así como la profesionalización no tecnocrática. Para la capacitación de todos los miembros de la OSC en la gestión de la propia asociación se puede recurrir a organizaciones hermanas, con experiencia en la temática abordada, a voluntarios que compartan o estén cercanos en la concepción ideológica de la entidad o al Estado nacional, provincial o municipal. La misma tesitura vale para la profesionalización en determinadas áreas de la OSC.

A los efectos de pasar de la informalidad a la formalidad, lo primero es realizar planeamiento estratégico. El planeamiento comprende tanto el programa de acción decidido por la organización, como sus metas y objetivos. El programa de acción define los objetivos, metas, políticas y prioridades a mediano y largo plazo para las áreas. El proceso de planeación consta básicamente de las siguientes etapas: 1) establecimiento de objetivos 2) formulación de estrategias 3) desarrollo de los planes operativos 4) establecimiento de presupuestos 5) ejecución de las operaciones. La estrategia es un concepto que abarca la preocupación por "que hacer" y no por "como hacer", es decir busca que se implementen todos los medios necesarios para ponerla en práctica. Una estrategia da lugar a muchas tácticas y por ello la estrategia es básicamente una actividad racional que implica poder identificar las oportunidades y amenazas del ambiente donde se mueve la organización, así como evaluar las limitaciones y fortalezas.

A los efectos de proyectar es indispensable conocer con qué recursos se cuenta. Es una condición sine qua non relevar con qué recursos cuenta la organización para planificar, hacer proyectos, qué puede ofrecer y qué puede aportar. No es el económico el único recurso, pueden ser horas/hombre ya sea por contar con mano de obra calificada o simplemente ciudadanos que colaboran con su tiempo en este proyecto y aportan sus habilidades y competencias. La articulación que cada miembro pueda hacer con los otros, también expande los vínculos de la organización.

A los efectos de llevar una gestión eficaz es necesario una administración ordenada. Pero también hay que tener en cuenta que una dependencia excesiva de lo administrativo puede alejarnos de nuestros objetivos y sin darnos cuenta concebir proyectos que encajan más en la línea de los subsidios estatales o del aporte privado que en los propios recursos.

A los efectos de un ordenamiento contable es preciso funcionar con partidas presupuestarias. Un principio básico de administración financiera es no tener una "caja común" para todos los gastos e ingresos Ello implica fijar prioridades presupuestarias en base a los objetivos planteados.

A los efectos de no quedar rezagados en términos de eficacia social es necesario aplicar innovación. La innovación no debe ser concebida sólo como incorporación de tecnología de administración y gestión, sino como el despliegue de la creatividad y del capital social de la OSC, que es la aptitud de la sociedad civil para asociarse en redes comunitarias transversales, no jerárquicas, pluralistas, en constante persecución del bien común, amalgamando distintos niveles sociales en la misma entidad o emprendimiento.

Cooperar con otras OSC. Actuar en red. Establecer acuerdos y/ o alianzas de trabajos con otras entidades potencia el valor de las propias organizaciones. La OSC que se escoja para la alianza, si tiene prestigio social, va a ser una "marca social" para la propia entidad. En estos casos hay que establecer el tiempo de duración de la asociación, es decir si es una alianza estratégica o meramente táctica. El tiempo de trabajo conjunto pasa a ser un recurso a la hora de desarrollar acciones, además de permitir prever que pasaría en caso de que la organización aliada se retire del acuerdo. En relación a este punto, manifestar cuales son los límites de la interacción con otras OSC también resulta un beneficio para no crear falsas expectativas o compromisos cuando acercan para solicitar colaboración.

Monitorear periódicamente, evaluar, medir el impacto de las acciones en la propia organización y en la comunidad. Si se monitorean las acciones es posible corregir y ajustar el rumbo del proyecto a fin de optimizar los recursos. Es apropiado, cuando se encaran proyectos, detenerse en su análisis, planificación, coordinación, para obtener el resultado esperado. Todo lo que se hace por la sociedad, con el objetivo del bien común, sirve y es importante pero resulta más eficaz si está planificado.

Generar nuevos proyectos. El diseño y la ejecución de nuevos proyectos en el seno de la organización movilizan la creatividad del grupo, sobre todo si son proyectos viables desde el punto de vista económico y de los recursos humanos.

Diversificar la gama de productos y/o servicios. El sostenimiento de muchas organizaciones está basado en los ingresos por la venta o intercambio de productos o servicios. La diversidad de lo ofertado, aún cuando la organización se especialice en determinada actividad (salud, educación, comunicación, etc.) amplía la posibilidad de generar ingresos para el sostenimiento.

Cumplir con estándares de calidad. El hecho de no utilizar la lógica del capitalismo hacia dentro de la OSC no significa descuidar el tema de la calidad de los servicios y/o productos ofrecidos. Todo lo contrario. La motivación de la entidad debe ser, ante todo, el cumplimiento de la razón de ser que le dio origen.

Registrar y sistematizar las experiencias. Esto está en directa relación con “inventariar” los saberes, habilidades y destrezas que desarrolla la estructura organizativa en la práctica cotidiana a fin de reproducirlos territorialmente, respetando las particularidades de la comunidad en cada región o ámbito de actuación. En otras palabras, acumular conocimiento sistematizado para poder hacer escuela.

Instrumentar formas de reclutamiento continuo de voluntarios. El principal capital con que cuenta una organización son las personas. Una gran masa de voluntarios hace que los costos de funcionamiento de la organización sean más bajos que los del mercado, sobre todo si los voluntarios están calificados laboral y profesionalmente.

Utilizar un logo social a fin de construir una imagen institucional. Un modelo a seguir es el del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil que tienen hasta un logo que identifica sus artículos para que exista la relación más directa posible entre los productores campesinos y los consumidores. Es un logo no logo, un logo contracultural.

Buscar financiación en bancos alternativos. Una de las graves dificultades que presentan las PYMES es encontrar créditos para sus proyectos. Hay varias razones que confluyen en ello, pero dos fundamentales: el alto costo y corto plazo de los préstamos y los requisitos para acceder a los mismos, en consonancia con las recomendaciones del convenio de Basilea en ese sentido. Si las PYMES se encuentran con ese obstáculo -70 % no solicitan créditos-, hay que pensar que las OSC se encontrarán con barreras insalvables. Una salida posible es recurrir a la banca alternativa, que aún no tiene un desarrollo sostenido en el país.

Hacer visible la transparencia de la gestión y los medios y fines éticos que persigue la organización. Junto a los atributos de las personas, la transparencia y la ética de la entidad le dan credibilidad y legitimidad social, percibida por los integrantes de la comunidad en que está inserta la organización. Y la credibilidad social facilita el acercamiento de voluntarios, colaboradores, aportantes. Nadie aporta en una organización en donde crea que su apoyo no perdure ni se plasme en realizaciones. Si bien la imagen se construye, la identidad organizacional o institucional (homologamos los términos) está dada por las prácticas de la entidad.

Todos los conceptos y categorías expuestos hasta aquí no son cerradas y deberían replantearse en forma permanente para no traspolar automáticamente los enfoques y recetas surgidos en el ámbito de la empresa privada o la administración pública o en otras realidades.

DOS EXPERIENCIAS DE ESS PARA TENER EN CUENTA

BANCOS COMUNALES (VENEZUELA)

En el marco de la revolución bolivariana, el presidente Hugo Chávez considera que el nacimiento de los bancos comunales consolida la conformación de verdaderos mecanismos de autogobierno, cuyas bases se asientan en las propias comunidades y no en intereses particulares ni individualidades. La meta del gobierno bolivariano es crear 800 bancos comunales durante 2006, con una inversión de 224 millones de dólares.
Estas organizaciones populares se convierten en los brazos financieros de los Consejos Comunales, y forman parte de un paso más en la integración entre el pueblo y el Gobierno para la construcción del socialismo del siglo XXI. Se trata de que la comunidad realice proyectos en distintas áreas que deben ser evaluados y aprobados en asambleas de ciudadanos y ciudadanas para proceder a ser financiados por las nacientes instituciones integradas y dirigidas por el pueblo. Chávez recordó que esas instancias de poder popular no deben convertirse en apéndices de gobernaciones, alcaldías ni partidos políticos, sino que por el contrario deben ser los primeros enemigos de esas tendencias y de la conformación de grupos elitistas.

COOPERATIVA LA ASAMBLEARIA (ARGENTINA)

Una cooperativa formada por asambleístas de Núñez y Saavedra, se dedicará a vender en un local de la calle 3 de Febrero -barrio de Belgrano- productos y alimentos de movimientos campesinos, cooperativas agrarias, fábricas recuperadas y socioemprendedores urbanos. Piensan distinguir a su idea con un logo, Economía Solidaria, para pasar a distribuir algunos artículos a mercados y supermercados.
¿Se trata de un proyecto capitalista, o no capitalista? ¿En qué se diferenciará de los mercados y supermercados convencionales? Ideas sobre el nuevo cooperativismo, la toma del poder, y cómo establecer el valor de los pollos. ¿Existe alguna alternativa económica, a la vez social y solidaria, y a la vez eficiente? ¿Existe semejante cosa en tiempos de crisis, pobreza y mediocridad?
Los integrantes de algunas asambleas vecinales parecen considerar que sí, y empezarán a demostrarlo en pocas semanas al inaugurar una iniciativa sin antecedentes donde -entre muchos otros proyectos- están dispuestos a poner huevos. Huevos agroecológicos, sin hormonas, antibióticos ni contaminantes, empollados en cooperativas de Florencio Varela. Y pollos (no los de supermercado sino los verdaderos, esos que son criados naturalmente y tienen un inesperado gusto a pollo). Y yerba Tietrayjú del Movimiento Agrario Misionero (heredero de las Ligas Agrarias; el nombre de la yerba sintetiza las palabras Tierra, Trabajo y Justicia). Y carbón del Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero). Y verduras orgánicas (que también tienen la rara cualidad de ser verdura verdadera). Y pan francés posiblemente insuperable, de empresas recuperadas. Budines y bizcochos de grasa. Y prepizzas de otras recuperadas. Esta restitución del pan puede ir acompañada con toda clase de embutidos, quesos y muzzarella (para las prepizzas) de una cooperativa flamante. Y habrá tapas de empanadas y de pascualina. Y grisines. Y envases plásticos fabricados por otra cooperativa. Y calzado, alpargatas, pañales, trapos de piso, dulces y multitud de productos de altísima calidad -algunos decididamente artesanales- realizados por socioemprendedores, a los que en esta cooperativa no llaman "microemprendedores" porque sus proyectos están sintonizados con la idea de economía social, y porque "micro" parece hacer alusión a capitalistas petisos. Este proyecto quedará inaugurado en los primeros días de junio, en la calle 3 de Febrero al 3200, por la cooperativa La Asamblearia.
La cooperativa reúne a unos 50 socios, y es consecuencia del trabajo de dos grupos vecinales. La Asamblea Barrial de Núñez, y la Asamblea Popular de Núñez-Saavedra. (…)

Fuente: www.lavaca.org

EL ESTADO, EL MERCADO Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA

El llamado Tercer Sector tal como hoy lo conocemos puede ser mirado como el emergente de un proceso histórico. Según Inés González Bombal en su trabajo ¿Entre el estado y el mercado? Las ONG´s y sociedad civil en la Argentina, su existencia actual esta influida por dos hechos ocurridos en la historia reciente del país que se configuraron en las dos décadas precedentes.
Esta autora dice que "la historia reciente nos mostró dos momentos claves, aunque por cierto muy contrapuestos entre sí, en los que la crisis del sistema político y la parálisis del Estado brindaron condiciones para la expresión más o menos autónoma de la sociedad: en el período pos-Malvinas en el que la política fue casi puro espacio público y en la enloquecida etapa de la hiperinflación donde el Estado se rindió al cruento juego del sálvese quien pueda. Uno alimentó el entusiasmo democrático que revitalizó el tejido asociativo en los orígenes de la transición, el otro tuvo un efecto disolvente de desorganización social y precipitó un vertiginoso proceso de reforma del Estado y de pasaje a una economía de Mercado".
De esos dos momentos claves la reinstauración de la democracia y la época de las políticas privatizadoras implementadas por el gobierno de Carlos Menem, resulta el resurgimiento de las organizaciones civiles como actores de la realidad social, resultado de los dos momentos de quiebres mencionados que ampliaron y redefinieron lo que se denomina Tercer Sector.
El primer momento se ubica en el año 1983, con la retirada de la dictadura militar y el advenimiento de la democracia. A partir de ese año, se reestablecen todos los derechos constitucionales. El retorno de la democracia implicó la instauración de un marco institucional, político y cultural propicio para el funcionamiento y consolidación de las organizaciones de la sociedad civil. El nefasto Proceso de Reorganización Nacional había destruido el tejido social de la Argentina, llevando a nuestro país a su época más oscura, en la cual el pensamiento opositor al régimen y la organización social, fueron prohibidos y reprimidos en forma brutal.
Una vez reestablecida el estado de derecho, entre ellos el derecho de asociación, la sociedad constituye nuevas redes sociales y organizaciones, que permitieron comenzar a dar respuesta a las inquietudes y necesidades de la población. Se crearon durante esos años, gran cantidad de organizaciones vinculadas a la educación, salud, derechos humanos y sociales, generando un movimiento de traslación de poder y autonomía del Estado a la sociedad civil, sin olvidar que durante la década del 60 y del 70 surgieron movimientos sociales que constituyeron vías alternativas y canales de expresión de una sociedad que encontraba todos los canales institucionales cerrados, víctima de una represión y violencia estatal.
Esos actores nacidos en épocas difíciles son los antecedentes del florecimiento de las organizaciones de organizaciones de la sociedad civil una vez recuperada la democracia.
El segundo momento puede ubicarse a comienzos de la década del 90 y sus efectos tienen alcances de distinta índole a los del primero. La instauración del modelo socio-económico neoliberal, caracterizado por el "achicamiento del Estado", hizo tender a que el espacio que el Estado dejaba vacante fuera siendo ocupado por el Tercer Sector.
La "apertura al mundo" y su consecuente acceso a las nuevas tecnologías, la privatización de las empresas estatales, trajeron consigo modelos hasta entonces desconocidos tendientes a garantizar la eficiencia a un costo menor. Surgió así un nuevo paradigma con categorías como calidad, eficiencia, resultado, relación costo beneficio, gestión, que fueron redefiniendo las concepciones de las empresas, organizaciones y la sociedad toda.
Estos nuevos conceptos instauraron un nuevo lenguaje también para las organizaciones de la sociedad civil.
Es el segundo quiebre, el que abre, con la ausencia del Estado, un espacio en el que el Tercer Sector puede operar. El desarrollo de ONGs o OSC es consecuencia de intentar dar respuestas a necesidades básicas no atendidas y analizadas por parte del Estado, como salud, educación, niños en situación de calle, ancianidad, deporte, sectores marginales, desocupación, discapacidades y otras problemáticas. Muchas de ellas fuertemente orientadas a la asistencia y por lo tanto a perpetuar las condiciones del sistema liberal-capitalista. En este sentido representan un retroceso respecto al Estado de Bienestar, si bien hay que reconocer que en otros casos, el despliegue de iniciativas dentro de lo que consideramos Economía Social Solidaria es una alternativa a la ofensiva económica neoliberal iniciada en 1976.
Para terminar nos extendemos unos párrafos sobre la llamada Responsabilidad Social Empresaria (RSE) que no es ni más ni menos que una variante del marketing “social”.
Que grandes empresas multinacionales como Kraf Foods, Coca Cola, LAN Argentina, Renault, Roche, Citibank, Avina, Telecom, Telefónica, Banco Río, Ford, Wal-Mart, Philips, PriceWater House Coopers, Sheraton, Hilton, Microsoft y Dow Chemical, den migajas de sus fabulosas ganancias a distintas fundaciones y asociaciones bajo el paraguas de las RSE, habla de una estrategia cuyo motor no es la solidaridad sino el temor a una reacción a escala planetaria de las grandes masas sometidas y sumergidas.
Como señala Pearlstein en The Washington Post: “La elección real para la elite corporativa es clara, no sólo en USA, sino en Europa, Japón y América Latina. O los miembros de la comunidad empresaria producen un contrato social mejorado que les permita conducir empresas competitivas al mismo tiempo que garantizan que las ganancias de la globalización van a ser distribuidas más equitativamente, o tendrán que confrontar la casi cierta posibilidad de que votantes enojados y ansiosos echarán atrás la globalización”.

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