Mss. Enrique Angelelli
Enrique Angelelli nació en Córdoba el 17 de julio de 1923.
En 1961 Juan XXIII lo designó obispo auxiliar de Córdoba. Allí, donde se les solía apodar “El Ropero” por su gran físico, se relacionó con obreros y gente de la clase empobrecida y comenzó a discrepar con la jerarquía eclesiástica.
En 1968 Pablo VI lo nombró obispo titular de la diócesis de La Rioja. Por entonces seguía los lineamientos del Concilio Vaticano II. Se incluía en la línea de la opción por los pobres y había firmado el documento del Movimiento de Sacerdotes el Tercer Mundo, que lideraba el obispo Helder Cámara de Brasil.
En la Rioja Angelelli tuvo fuerte oposición de la clase dominante económicamente y el favor y apoyo de la población. La frase pronunciada en el día de su asunción como titular de diócesis de La Rioja “No vengo a ser servido sino a servir” la cumplió fielmente hasta su asesinato el 4 de agosto de 1976.
Unos días antes el párroco francés Gabriel Longueville y el sacerdote Carlos de Dios Murias fueron secuestrados. Sus cuerpos fusilados aparecieron en un descampado de la ciudad.
Angelelli se había documentado sobre esos fusilamientos y decidió ir a Buenos Aires, acompañado por el sacerdote Arturo Pinto. La camioneta en la que viajaban fue chocada en la ruta por otro vehículo.
“El cuerpo del obispo apareció extendido en cruz sobre el asfalto boca arriba y con un fuerte golpe en la nuca, a unos 25 metros del vehículo, en tanto que el sacerdote logró sobrevivir y la carpeta nunca se pudo recuperar” reporta la periodista Liliana Valle en un despacho de la agencia Telam.
Liliana Valle menciona al Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) para detallar que “al menos dieciocho sacerdotes fueron asesinados o figuran como desaparecidos, otros diez estuvieron presos en la dictadura; treinta fueron secuestrados y derivados a centros clandestinos de detención y luego liberados” y “once seminaristas asesinados o que figuran como desaparecidos”
También la periodista trae a colación que en “reconocimiento a un luchador en defensa de los pobres y a su permanente postura contra los crímenes de la dictadura militar”, en 2009, por ley del Congreso Nacional se declaró al 4 de agosto "Día de la conmemoración de la obra realizada por Monseñor Enrique Angelelli" y se encomendó al Ministerio de Educación que su obra sea difundida en las escuelas.
Recién en 2006 el Episcopado de la Iglesia Católica Romana en Argentina se ocupó de la muerte de Angelelli constituyendo una comisión dirigida por el arzobispo emérito de Resistencia Carmelo Giaquinta. Luego de cerca de tres años de funcionamiento se catalogó la muerte de Angelelli como “un enigma”
Utilizando el típico sistema diplomático católico romano Giaquinta declaró a la agencia católica romana AICA que "La conclusión del trabajo no significa que la comisión haya llegado a una conclusión judicial. Si fue un accidente o atentado, eso lo dirá la justicia civil. A partir sólo de los testimonios eclesiales es difícil probar ninguna de las dos hipótesis".+ (PE)
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