viernes, 29 de mayo de 2009

Atlas: Un jalón en la larga marcha de las organizaciones libres del pueblo

Con la llegada del peronismo al poder, la clase trabajadora se constituiría en la columna de sustentación del nuevo movimiento que buscaba transformar las condiciones sociales, políticas y económicas del país. Fue así que se proyectó fuera de las fronteras de la Argentina con una creación original, la ATLAS.
ATLAS era la sigla de la Agrupación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas. Su origen inmediato se remonta a comienzos de 1952 cuando la CGT de la República Argentina convocó a un Congreso en Asunción del Paraguay para la creación del Comité de Unidad Sindical Latinoamericana.
Participaron 16 organizaciones, con el objetivo de llegar al congreso constituyente de una nueva central obrera latinoamericana. En esa oportunidad, se adoptó una Declaración de Principios que condenaba al "imperialismo comunista, que pretende someter a los pueblos a la dictadura del Estado" y al "imperialismo capitalista explotador, que trata de reducir a los pueblos a la hegemonía de un capital sin alma y sin escrúpulos".
En noviembre de ese año, se celebró en México el Congreso de la Unidad, que crea la Agrupación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS), designándose sede de la organización a la ciudad de Buenos Aires. A la CGTRA le correspondería la Secretaría General a través de su titular, José Espejo.
Los otros cargos eran para México, Chile, Puerto Rico, Cuba, Costa Rica, y Perú. Se crearon comités en los países mencionados y en Colombia, Ecuador, El Salvador, Haití, Nicaragua y Panamá, y se abrieron delegaciones en Guatemala, Honduras, Paraguay, Venezuela y Brasil.
ATLAS le disputó el predominio a la ORIT (la Organización Regional Interamericana de Trabajadores, bajo la influencia de las políticas de EE. UU.), a fin de neutralizarla y ganar al movimiento latinoamericano de trabajadores para la causa de los pueblos.
En la ORIT, a partir del II Congreso también realizado ese año, el sindicalismo argentino quedó representado por un “sello”, el COASI (luego denominado “32 gremios democráticos”), quien logró que la ORIT condenara a la política gremial del gobierno peronista por considerarla “una amenaza a la libertad y a la democracia".
En su corta vida, la ATLAS apoyó la lucha de Central Obrera Boliviana, al gobierno antiimperialista de Jacobo Arbenz en Guatemala luego derrocado con el apoyo de marines, al sindicalismo portorriqueño vinculado al Partido Independista, a la República de Panamá por el control del Canal y a los patriotas de la Guayana Inglesa (hoy Guyana) en su rebelión anticolonialista.
La sublevación gorila de 1955 le dio un golpe mortal al proyecto de unión sindical para la liberación. En enero del 56 se intervino la organización en la Argentina, confiscando los bienes y destruyendo la biblioteca especializada. La sede fue mudada a Lima, hasta que interrumpió su actividad en 1962.
De esta manera se eliminaba del escenario sindical a una organización que colaboraba desde el campo sindical en la construcción de la Unión Latinoamericana, a la causa de la Patria Grande que soñaron San Martín, Bolívar, Artigas y Martí.
ATLAS contó con el apoyo de importantes sectores gremiales y políticos latinoamericanos. Su basamento ideológico era la Tercera Posición, proyección de la doctrina justicialista al plano de las relaciones internacionales, y que significa la única alternativa de los pueblos a los designios de los poderes mundialistas.

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