jueves, 2 de julio de 2009

NUEVOS POEMAS DE SOL NEGRO

PREGUNTAS DEL VIENTO


¿Es que soñabas?
¿Soñabas acaso
con un último poniente
enclavado en el barrio de los paraísos?
¿O en ese atardecer en Agronomía
mientras la luz
caía sobre los pabellones
cubiertos de hiedra?
¿Regresabas?
¿Una y otra vez regresabas
a un círculo de niebla,
corazón errante
colmado de malvones?


¿Es que soñabas?
¿Es que no dejabas de reposar
en la copa de los pinos transformados?


¿Y antes del cielo, qué ...?


Aún se demora la luz
bajo la llovizna
de noviembre.


POMPEYA Y HERCULANO


Hoy los evoco, fieles habitantes
de la Campania, tierra patria,
que han sucumbido al viento de Vulcano.
Han pasado las centurias y el momento último:
zozobra, horror, miedo, despedidas,
en tanto soles se arremolinaban
sobre el olivar y bandadas de mirlos
bordeaban el mare nostrum.


¡Oh vidas comunes a punto de ser arrojadas al Leteo!
¡Sagradas vidas a merced de la ira del dios!
Trechos que van de la llanura al himeneo
en el día ya oscurecido por la ceniza.
Señales. Estrépito en árboles parduscos.
Deidades de los bosques huyendo
como sombras del Hades hacia muros cubiertos
de hiedra. Y lava. Y silencio. Y soledad después de la lluvia ígnea.
En las aguas purpúreas flotan cuerpos, ropas, muñecas, aves, flautas, ánforas.
Los dioses lares lloran debajo de las piedras
del templo familiar.
Mutilado, el día es un demonio flameante.


LLUVIA BIENHECHORA


¿son nuestros esos pasos?
¿es este el eterno día que pasa?


empieza a dolerme el alma,
toda magnolia,
ceñida al viento-compañero,
al azur (decoloradas se apaciguan las nubes
de corazón crispado).
¿se han de llevar el canto del gallo
y el color de las campanillas
y el ladrido?


los que duermen no saben
de lluvias bienhechoras
cerraron el pecho al golpeteo de alondras
en la Avenida de las Casuarinas,
al acorde tenue, soplo de flautas caducas.


Ha cubierto el valle un sol herido.
Escucho el viento ulular entre las casuarinas,
escucho el silencio crecer sobre tierras húmedas.


¡Lluvia bienhechora,
benigna pasajera de la aurora!


EL AROMO


Con temporal y todo,
el alma del aromo:
es hora de nublarse ya.
Está muy gris el cielo
y aquí, desvelado, el aromo.
Grato el ejercicio de contemplarlo,
sin olvido del nuevo brote
y del aromo reseco hace siglos.
El aromo sube. Sonámbulo y tembloroso
sube a la noche y de la noche
al abismo del alba.
Y hay canto de gallos.
Y hay vuelo de sal. Fuegos que me despiertan
cuando me voy durmiendo en el aromo,
en el silencio subterráneo del bosque.
Sube el aromo. Anublado sube.
Respirando. Trémulo. Soñado al galope
contra el signo adverso.
Desde mi garganta crece.
Del fondo de la vida crece.
Alas desplegadas en sucesivos fuegos.
Columpios de ramas somnolientas.
Contra todo poder, el alma del aromo.

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