miércoles, 2 de diciembre de 2009

DECLARACIÓN DE MARZO DEL 2001 EN EL BOLETÍN "EMANCIPACIÓN"

BOLETÍN EMANCIPACIÓN
PERIODISMO ALTERNATIVO NACIONAL Y POPULAR - 24 DE MARZO DE 2001

24 DE MARZO DE 1976
UNA CAMARILLA DE OLIGARCAS Y ASESINOS USURPA EL PODER

“El justicialismo, aún admitiendo que es una fuerza política significativa, debe desaparecer, como su líder fundador, el ex presidente Juan Domingo Perón. Es una corriente sin fundamento ideológico, motivada en cierta mistificación de un personaje, cuyas banderas, grupos y personas tratan de retomar. El peronismo causó daños irreparables al país, de los cuales apenas se recupera en medio de una lucha contra el pesimismo y la superstición”. Fragmentos de un reportaje a Jorge Rafael Videla, Integrante de la Junta Militar. Caracas, 1980

El 24 de marzo de 1976 una Junta Militar, encabezada por Jorge Videla, Emilia Massera y Ramón Agosti, con apoyo de sectores civiles, derrocó a la Presidente constitucional de los argentinos, María Estela Martínez (Isabel Perón) e instauró una dictadura que denominaron pomposamente Proceso de Reorganización Nacional.

Faltaban pocos meses para las elecciones generales, donde se iba a elegir presidente y vicepresidente. En principio, la fecha estaba fijada para el 17 de octubre, pero después fue prorrogada al 12 de diciembre de ese año.

Si bien la justificación del golpe militar fue el estado de desintegración de la instituciones y el desorden imperante –un latiguillo utilizado desde 1930 por todos los golpistas- el verdadero motivo, explican historiadores, sociólogos y ensayistas, radicó en la necesidad de las clases dominantes (la oligarquía) de reestructurar profundamente la estructura productiva argentina, para ponerla definitivamente a su servicio y al de la nueva división internacional del trabajo, que se consolidó años después con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, a los gobiernos de los EE.UU y el Reino Unido, respectivamente, y la aplicación de políticas neoconservadoras.

LOS PERSONEROS DEL GOLPE

Los golpistas ya habían dado un paso adelante con la gestión de Celestino Rodrigo, ministro de Economía durante el gobierno constitucional, quien se hizo funestamente célebre por una serie de medidas antipopulares que el pueblo llamó “el Rodrigazo” y que mereciera una dura respuesta de la CGT y las 62 Organizaciones –el 27 de junio de 1975- provocando su caída y la huída del país de su garante, José López Rega, “El Brujo”, posiblemente agente de la CIA y miembro de la logia Propaganda-Dos.

No es casual, que una de las figuras claves de Rodrigo fuese Ricardo Zinn, quien después integró el equipo de José Alfredo Martínez de Hoz, superministro de Economía durante la dictadura.

En realidad, el golpe comenzó a gestarse desde antes de la muerte del Gral. Perón, el 1° de julio de 1974 y formaba parte de un cerco “sanitario” preventivo impulsado por el Imperio, que ya se había cobrado los gobiernos de Salvador Allende, en Chile; Velazco Alvarado, en Perú; y Juan José Torres, en Bolivia, con la excusa de combatir la “subversión” y “el comunismo”.

LOS EFECTOS DE LA DICTADURA

Al tiempo que las grandes empresas, junto a sindicalistas traidores, se dedicaron a “marcar” a las comisiones gremiales internas para luego ser “desaparecidas” y se ponía en marcha la técnica del secuestro clandestino seguido de tortura y asesinato de los disidentes, la política de terror, perfectamente planificada desde el poder, paralizaba todo intento de organización y respuesta al régimen.

Así, el país pasó a ser endeudado. La deuda externa pasó de 6000 millones de dólares con Isabel Perón, a más de 30.000 millones a fines del 83, cuando la dictadura emprendió la retirada, derrota en Malvinas mediante; el sector industrial fue devastado por una apertura indiscriminada de productos importados; el nivel de vida degradado por el desempleo y los bajos salarios.

No hay que olvidar que la dictadura también significó una monstruosa transferencia de los ingresos de los trabajadores hacia los grupos económicos hegemónicos. Fue la época de la “bicicleta financiera” y la “plata dulce”, es decir, la preponderancia de la especulación sobre lo producción.

En síntesis, en lo económico-social, se destruyó el intento de reconstruir las bases del Estado de Bienestar, forjado entre los años ’45 y ’55, mientras que en lo político-cultural se intentó eliminar un proyecto autónomo de nación, la identidad nacional, la memoria colectiva y la democracia integral como práctica de la soberanía popular.

LOS TRABAJADORES, BLANCO DE LA MUERTE

Nunca antes, en toda su historia, los argentinos había vivido un horror similar: al asesinato planificado desde el Estado -los organismos de derechos humanos hablan de 30.000 desaparecidos- se sumaron la conculcación de los derechos políticos, sindicales y cualquier forma de organización popular.

Un dato clave es que del total de los desaparecidos, contra lo que algunos creen, un gran porcentaje, el 30 % eran trabajadores.

Además fue la primera vez que desde el Estado se volcó una saña inmensa contra religiosos –obispos, sacerdotes, monjas, seminaristas- y laicos comprometidos con la opción cristiana por los pobres, traduciéndose en decenas de asesinatos.

Sin dudas, la derrota del movimiento nacional y popular significó el triunfo de la “patria” financiera, los pulpos económicos nacionales e internacionales y la oligarquía terrateniente con la consecuente subordinación ideológica, económica y geopolítica a los centros de poder mundial.

En definitiva, el triunfo del Proceso de Reorganización Nacional fue la derrota de la Nación, derrota que nos marca hasta el presente.

EMANCIPACIÓN ES UNA PRODUCCIÓN DE CONTRAINFORMACIÓN - COMUNICACIÓN  LIBERADORA

1 comentario:

  1. Hola Marcelo, gracias por el envio de invitacion en feibock (facebook); publiqué tu blog en enlaces (sección) de Memorias en Común,,,

    seguimos en contacto, muy buena tu construcción en este blog

    un abrazo,

    fernando

    ResponderEliminar