sábado, 30 de mayo de 2009

Los seis hermanitos

En el programa En Sol Mayor, emitido el 5/10/98 por Radio de la Ciudad


En la fría madrugada del viernes 25 de setiembre, hace poco más de una semana, murieron quemados seis hermanitos. Tenian 2, 4, 6, 8, 10 y 15 anos. Los chicos se encontraban solos en su vivienda. La mamá, jefe de familia, desocupada, había salido a buscar combustible. Vivian en el asentamiento “Todo Esfuerzo” de la ciudad de Neuquén. Un asentamiento donde abundan, como en otros de similar condición, las maderas, los cartones y las bolsas de nylon. Y donde no hay agua ni lineas de comunicación. Es por eso que los bomberos no pueden llegar a tiempo. Recién concurrieron a los 40 minutos. No por indolentes, sino por la falta de un equipo de trasmisión.

En el asentamiento “Todo Esfuerzo” vive gente, pobladores, hermanos nuestros., Decir que viven es casi una burla. Apenas sobreviven. Porque no se puede llamar vivir a esto: subalimentados, sin vestimenta, calzado, útiles escolares, salud, juegos, esparcimiento. Hay, más que pobreza, miseria. Multipliquen este asentamiento por los cientos que existen en el país.

Los chicos apenas se asomaban al mundo. Quizás un mundo ancho, hostil, sin dudas, y por ahora, ajeno. Pero un mundo al fin. Un mundo al que descubrir, conocer, disfrutar o padecer. Una ventana abierta al devenir, a la imaginación, a la luz. Un futuro que nadie, absolutamente nadie, salvo Dios, sabía que les iba a deparar. La maldita muerte los quitó de este mundo. Cómo éstas, miles de muertes evitables, absurdas, absolutamente innecesarias.

Los pobres de otros asentamientos, personas de buena voluntad, organizaciones intermedias se acercaron con su solidaridad. Los medios locales leyeron mensajes de condolencia y de los otros, aquellos teñidos de ira, verguenza e indignación frente a tanta injusticia.

Mientras tanto, cierta clase política se sigue haciendo la distraída y mira para otro lado o esconde la cabeza como el ñandú, esperando que las aguas se aquieten y pronto se olvide todo, los ricos siguen acumulando riquezas y los “malos” como gustaba decir a don Francisco de Quevedo, siguen ocupando cargos claves, haciendo negocios a expensas de los habitantes de este lugar del planeta.

Sin embargo, el fuego que han encendido sigue creciendo. Y algunos empiezan a percibir los malos presagios, ese “algo” que viene creciendo desde abajo. Es por eso que, ante una movilización frente a la casa de gobierno neuquina, los funcionarios locales concurrieron al asentamiento y se comprometieron a instalar una radio y proveer de agua a los pobladores.

Todo esto tiene motivos, razones, causas: no es el descuido de una madres, ni la fatalidad, ni el destino de una familia, ni la voluntad de Dios. Es la situacion de miseria en la que viven millones de argentinos gracias a políticas que agudizaron la dependencia del pais a los centros de poder internacional, a la desigualdad en la distribución de las riquezas, a la carencia de un modelo argentino de proyecto nacional.

La idea de que en esta vida no se puede alcanzar la justicia social, que siempre existieron pobres y es imposible plantearse alternativas a la "globalización", es utilizada -por error o mala intención- por los defensores del status quo, aquellos a los que les cabe la palabra de Jesús:

"...porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis lleno de robo e injusticia...".

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